«En lo más profundo de la jungla, un
científico, al frente de una expedición, descubre una sustancia milagrosa que
tal vez permita aumentar la esperanza de vida de la humanidad y acabar con la
mayoría de las enfermedades. Al menos, eso es lo que él cree. Se equivoca. Ningún
ser humano sale vivo de la expedición. Los que sobreviven ya no son seres
humanos.
En unas instalaciones ultrasecretas del
gobierno norteamericano sucede lo impensable: un fallo de seguridad permite que
escapen unos monstruosos seres que habían sido objeto de un experimento militar
escalofriante. En un período de tiempo increíblemente corto, desatan el caos y
la destrucción a su paso.
No muy lejos de allí, Amy, una niña
huérfana, de apenas seis años de edad, inicia un viaje lleno de peligros. Amy
es una niña muy especial: eso lo saben los virales sedientos de sangre que la
persiguen, y también lo saben los que han ordenado al agente del FBI Brad
Wolgast que la localice a toda costa.
Pero Wolgast desobedece sus órdenes y, en
cambio, decide proteger a Amy. Intuye que en ella está la clave para detener el
horror que se ha apoderado del planeta. Mientras la Tierra tal cual la
conocemos se acerca a una velocidad terrorífica a su propio fin, Amy y Wolgast
inician su peculiar odisea, a través de un mundo transformado por los sueños
más oscuros del hombre, esperando ese momento en que ella pueda poner fin a lo
que nunca debió haber ocurrido.»
Justin
Cronin nació en Nueva Inglaterra, USA, en 1962. Se graduó en la Universidad de
Harvard y en la Iowa Writers' Workshop (Programa en Escritura Creativa) de la
Universidad de Iowa. Actualmente es profesor de inglés en la Universidad Rice, y
vive con su familia en Houston, Texas. Su primera novela, Mary and O’Neil, le valió los premios Hemingway Award y Stephen
Crane. Más tarde escribió la elogiada The
Summer Guest. Pero no fue hasta junio de 2010, con la publicación de El Pasaje, su tercera novela y primera
entrega de una trilogía, cuando el autor se convirtió en uno de los más
comentados del momento, debutando en el puesto número 3 de la lista de
best-sellers del New York Times.
Justin Cronin |
Y realmente
da la impresión de que este autor hubiera salido a escena de la noche a la
mañana. Todavía recuerdo cómo, hace unos dos o tres años, de repente todo el
mundo hablaba de una novela de más de mil páginas titulada El Pasaje y de su autor, Justin Cronin, un escritor al que el
propio Stephen King elogiaba y recomendaba cada vez que podía. «Lee este libro y el mundo cotidiano
desaparecerá», así definió la novela el autor de Maine, y muchos amigos,
como buenos seguidores del Maestro del Terror, no tardaron en adentrarse en sus
páginas.
Desde
entonces me pareció curioso que absolutamente todo el mundo hablara bien de la
novela. Realmente sorprendía la forma en que la reputación de este libro lo
precedía. Aun así, fue mucho lo que tardé en darle la oportunidad. Apenas este
año, por allá a finales de enero, decidí lanzarme en pos de las 1.020 páginas
que lo integran. Recuerdo haber pensado que esperaba terminarlo antes de que me
resultara algún trabajo, pues por esos días estaba desempleado. Pues bien, me zambullí,
y el libro me atrapó de una manera soberbia. En ese punto llegué a pensar
varias veces que la historia no solo estaba a la altura de su reputación, sino
que además la superaba.
La novela,
que, como dice la sinopsis, nos presenta un escenario apocalíptico en que un
virus salido de control arrasa con casi toda la humanidad a su paso, comienza
con un capitulo de nada menos que 300 páginas que hace gala de una acción
trepidante y un suspenso constante que logra que te pegues a sus páginas sin
querer soltarlo. No hay duda de que es uno de los comienzos más contundentes
que he leído en mi vida. Pensaba que si el libro seguía a ese ritmo, terminaría
devorándomelo en una semana. Esas primeras 300 páginas que componen el primer capítulo
se me fueron en dos días. Todo es muy cinematográfico, la historia te absorbe y
el destino de los personajes, todos muy bien dibujados, te mantiene en vilo.
Por alguna razón, este tipo de historias en que la humanidad pende de un hilo
parece llamarnos especialmente la atención.
Pero
entonces, pasadas las 350, sucede lo que todo aquél que leyó la novela ya
conoce: de repente, entre un capítulo y otro, la novela da un salto gigantesco,
tanto en tiempo como en argumento, y eso, sumado a que por esos días conseguí
el trabajo que había estado esperando por mes y medio, hizo que el libro se me
estancara y terminara tardando más de tres meses en finalizarlo. :/
No sé si yo
sea una de pocas excepciones, pero de verdad me costó mucho engancharme otra
vez. Los nuevos personajes y el nuevo escenario no me hechizaron como su
predecesor, y fue mucho lo que tardé en sentirme identificado y en cogerles
cariño a los protagonistas. Aun así, poco a poco lo seguí leyendo, y aunque lo
hice de manera muy lenta, recién en la página 700 la historia alzó el vuelo
nuevamente, le hizo honor a su comienzo y a lo que desde antes de leerlo
prometía, y comencé a acelerar el ritmo.
Los virales,
como denomina el autor a esas criaturas nacidas del fallido experimento,
realmente provocan escalofrío. Me recordaron a las criaturas de la última
adaptación cinematográfica de Soy Leyenda,
la novela de Richard Matheson, aunque las de Cronin posean una inteligencia
mucho más perturbadora.
Por otra
parte, Amy, la verdadera protagonista de la historia, sin duda hechiza al
lector. Todo en ella destila magia, y aunque por momentos parezca que pasa
desapercibida, cada aparición suya genera interés y no pocas escenas
memorables. Y cuando el listado grande de personajes comienza a depurarse poco
a poco, a decir verdad quedan unos a los que les coges cariño, cada uno con sus
características bien delineadas por al autor, y que terminan generando su
propio interés.
Al final,
como dije, la historia levanta vuelo, y la recta final te vuelve a pegar de las
páginas en espera de saber cómo terminará todo, y regalándote muchos giros y
sorpresas. El final me ha dejado un gran sabor de boca, y muchas expectativas
acerca de lo que pueda acontecer en la ya publicada segunda novela: Los Doce.
«Cada tanto aparece una novela que ofrece
una historia fascinante y entretenida con una prosa sencilla y ágil,
fundamentada en una imaginación extraordinaria. Este año, los lectores de esas
novelas podrán disfrutar de El Pasaje,
de Justin Cronin. Si lees quince páginas, quedarás cautivado; si lees treinta,
caerás prisionero y ya no podrás parar de leer hasta altas horas de la
madrugada. Tiene la nitidez que sólo pueden lograr las obras épicas de la
fantasía y la imaginación. ¿Qué más puedo decir? Lo siguiente: lee este libro y
el mundo cotidiano desaparecerá.»
Las palabras
de Stephen King llevan razón. Realmente se trata de una novela inmensa,
magistralmente estructurada y que deja muchas puertas abiertas y muchas incógnitas
para su continuación. Me deja, no obstante, ese pequeño sabor agridulce de
haber tardado tanto, y de haberme estancado en su parte central. Me pregunto si
un cambio menos abrupto podría haberla favorecido más, no obstante lo cual la
recomiendo fervientemente a todo aquél que le guste este tipo de novelas… y a
los que no. ;)
PD: Los
derechos cinematográficos ya están en poder de Ridley Scott (Blade Runner; Alien, el octavo pasajero;
Gladiador). Habrá que estar pendiente.