“Momo es una pequeña niña que vive en las ruinas de un anfiteatro de una gran ciudad italiana. Es feliz, buena, cariñosa, con muchos amigos, y tiene una gran virtud: la de saber escuchar. Por eso, es una persona a la que mucha gente acude para desahogarse y contar las penas, ya que ella es capaz de encontrar una solución para todos los problemas.
Sin embargo, una amenaza se abalanza sobre la tranquilidad de la ciudad y pretende destruir la paz de sus habitantes. Llegan los Hombres Grises, unos extraños seres que viven parasitando del tiempo de los hombres, y convencen a la ciudad para que les entregue su tiempo.
Pero Momo, por su singular personalidad, constituirá el principal obstáculo para estos seres, de modo que se intentarán deshacer de ella. Momo, con la ayuda de una tortuga y un extraño Dueño del Tiempo intentará salvar a sus amigos y devolver la normalidad a su ciudad…”
Michael Ende nació el 12 de noviembre de 1929 en Garmisch-Partenkirchen, Alemania. Su padre, Edgar Ende, fue un pintor surrealista que le transmitió su rica visión de la realidad y una completa educación artística y humanística. Ende creció con el nacionalsocialismo y padeció la tragedia de la guerra, experiencias que contribuyeron a afianzar el anhelo de belleza, humanidad y armonía que refleja en su mundo de fantasía.
Michael Ende |
Estudió en la Escuela de Teatro de Cámara de Munich y fue actor profesional y crítico de cine, luego de lo cual se dedicó por completo a la literatura. El Tragasueños, El Espejo en el Espejo, El libro de los Monicacos, Flemón el Arrugado, El Ponche de los Deseos, El Secreto de Lena y Lirum, Larum son algunas de sus obras, aunque sin duda las más célebres son Momo y La Historia Interminable. Sus novelas fueron galardonadas con los premios más prestigiosos y se convirtieron en un impresionante éxito editorial, además de haber dado pie a algunas películas de gran aceptación popular, la más conocida de las cuales es justamente La Historia Interminable.
Momo, publicada en 1973, y cuyo nombre original en alemán es Momo, o la extraña historia de los ladrones de tiempo y de la niña que devolvió el tiempo a los hombres, es una dura crítica al consumismo y al individualismo de los tiempos modernos. Muestra, por medio de una bonita y entrañable historia, el peligro de verse seducido por la impersonalidad y frialdad del materialismo, el cual puede llevar a la larga a cambiar por completo el estilo de vida de la gente. De la misma forma, es un llamado de atención sobre el modelo racional de concebir el tiempo como algo netamente explotable, un modelo economicista que lleva al ser humano a olvidar esos pequeños momentos y sensaciones que sin tener un valor económico pueden parecer superfluos o sin importancia, pero que son sumamente primordiales en la vida humana, siempre enfocada en el fondo por una vertiente espiritual.
Quizá Ende haya utilizado el libro especialmente para transmitir este mensaje, contrario a lo que hizo con el clásico La Historia Interminable, en el cual la historia es lo que prima. Es así como, desde mi punto de vista, dicha crítica termina restándole algo de fuerza a la historia, la cual pudo haber sido desarrollada mucho más.
Es, por supuesto, una impresión muy personal que me deja la novela luego de su lectura, pues no es tan contundente como esperaba, sobre todo teniendo en cuenta que el final es poco claro y tal vez demasiado apresurado.
Póster de la adaptación cinematográfica. |
Lo que sí está claro, es que hay libros para todas las épocas de la vida, y estoy seguro de que este libro me hubiera marcado mucho si lo hubiese leído hace doce o quince años. La novela es claramente juvenil, pero aunque esto no revista mayor importancia al leerla (novelas juveniles hay por montones que pueden ser disfrutadas por adultos), tal vez sí me distrajo un poco, pues, por lo que había escuchado sobre el libro, comencé el mismo esperando encontrar sobre todo un montón de ideas en las que pensar, mensajes que meditar, cuando en realidad es una historia fantástica que sirve de excusa para exponer un mensaje que Ende quería compartir.
Así las cosas, y siempre desde mi punto de vista, resulta ser una novela claramente infantil/juvenil con una crítica muy adulta.
En todo caso, Momo es un clásico de la literatura al que sin duda hay que hincarle el diente. Luego de haber leído la espectacular Historia Interminable y, después de tanto tiempo, esta singular novela, no puedo evitar sentirme interesado en explorar un poco más la obra de este alemán.
;)
Como ya te dije yo la leí con catorce o quince años y la disfruté mucho más que en posteriores relecturaa más adulto. En cualquierc caso Ende es un gran escritor.
ResponderEliminarjjejeje ya te lo leíste!!! a ver si saco tiempo y lo leo yo tb :)
ResponderEliminarPues la verdad es que no lo he leído, realmente cuando tenía edad de hacerlo no quería porque estaba más interesada en King o el terror. xD
ResponderEliminarPero igualmente, no lo descarto, nunca está de más leerse los clásicos. ^^