“Un adolescente al borde de la locura toma
veinticuatro rehenes en un colegio. Los intentos de encontrar una salida
pacífica por parte del profesorado y la policía resultan vanos. Mientras, los
jóvenes retenidos se contagian gradualmente del frenesí de violencia que les
impone su captor. Cada palabra, cada acto, se convierten en descarnadas
acusaciones contra un sistema de enseñanza corrupto y un modelo de familia
basado en la hipocresía, que obligan a los jóvenes a reprimir sus sentimientos
para convertirlos en carnaza de una sociedad que les devorará implacablemente…”
Entre 1977 y
1984 Stephen King publicó cinco novelas con el seudónimo de Richard Bachman.
Según el escritor de Maine, hubo dos razones por las cuales terminaron
desenmascarándolo: en primer lugar, porque los cuatro libros iniciales estaban
dedicados a personas cercanas a él, y en segundo lugar, porque su nombre
apareció en los formularios del registro de propiedad de uno de los libros.
Las razones
que tuvo, si es que acaso un escritor debe exponer sus razones para publicar un
libro, fueron el hecho de que King publicaba sus novelas a un ritmo un poco más
acelerado de lo normal, debido a lo cual sus editores temían poder saturar el mercado
con su nombre. Por otra parte, y a pesar de esto último, King realmente deseaba
compartir esas otras novelas con el público, aunque fuera con otro nombre, por
lo que, en sus propias palabras, «…era a Bachman a quien yo recurría cuando
necesitaba desahogarme. Sin embargo, eso no explica por qué experimentaba la
incesante necesidad de publicar lo que escribía aunque no precisara dinero.»
El supuesto Richard Bachman |
Stephen King
considera que sus novelas firmadas con seudónimo son sinceras: «Por lo menos,
las escribí con el corazón, y con una energía que ahora sólo puedo imaginar en
sueños.» Y añade, para terminar, que quizá habría publicado las cinco novelas
con su propio nombre «si hubiera conocido un poco mejor el mundo editorial...
Sólo las publiqué entonces (y permito que se reediten ahora) porque siguen
siendo mis amigas.»
Curiosamente,
hasta hubo una biografía ficticia de Richard Bachman, la cual nos dice que “nació
en la ciudad de New York en los años 40. Después de graduarse en la secundaria,
se unió a la Guardia Costera, y navegó con la marina mercante por
aproximadamente diez años. Finalmente se instaló en la zona rural de New
Hampshire, dividiendo su tiempo en escribir novelas y atender su pequeña
granja. Él y su esposa, Claudia Inez (a quien está dedicada Thinner), tuvieron un solo hijo, que
murió a la edad de seis años, ahogado en un pozo.”
Más tarde,
cuando Stephen King quedó en evidencia, se dijo que Bachman había muerto de una
extraña enfermedad llamada “cáncer de seudónimo”.
Rabia, cuyo título original era Getting It On, fue la primera de esta serie de novelas publicadas con seudónimo y, de
hecho, fue escrita antes de Carrie,
la novela con que debutó el escritor de Maine y cuyo éxito lo lanzó a la fama.
Narra la historia de Charles Decker, un estudiante de secundaria con ciertos
desórdenes mentales que un día, harto de un esquema social en el que se siente
aprisionado, decide abrir fuego contra algunos profesores y secuestrar a sus
propios compañeros en el salón de clase.
Primera edición en USA |
Con esta
pequeña descripción, es inevitable rememorar la cantidad de sucesos similares
que han acaecido en escuelas de los Estados Unidos, algunos de los cuales se
vieron íntimamente vinculados con la novela del escritor nacido en Maine.
Desafortunadamente, Rabia terminó
siendo culpada, de manera directa o indirecta, por algunas de las masacres,
dado que en varios casos los victimarios dijeron haber leído la novela e, inclusive,
un ejemplar de la misma fue hallado entre sus pertenencias.
Culpar a una
obra literaria del comportamiento de un individuo resulta disparatado; las
víctimas fatales seguramente habrían terminado igual con o sin libro. Pero al
final el mismo King renegó de su obra y prohibió su distribución y reedición.
Mucho se ha hablado del tema, y no son pocos los que opinan que la decisión de
King era innecesaria, pero a fin de cuentas esto solo ha logrado que el interés
por el libro aumente.
En este
orden de ideas, para el coleccionista o Lector Constante del Maestro del
Terror, Rabia resulta un ítem
especialmente apetecido. En castellano (y es de suponer que en inglés también)
la novela es realmente muy difícil de conseguir, y son muchos lectores los que
al final se ven obligados a optar por leer la obra en alguna de las versiones
digitales que pululan por la red. En castellano, hasta donde sé, solo existen
cinco ediciones: dos editadas por la editorial Martínez Roca (una de las
cuales, en tapa dura con sobrecubierta, tal vez sea la más difícil de todas);
una de la colección pocket roja de Plaza & Janés; otra que hace parte de la
colección española Orbis Fabbri, y una última reedición (que al día de hoy
sigue sorprendiéndome que exista) a cargo de la editorial DeBolsillo, un sello
de Random House Mondadori.
Yo,
afortunadamente, tengo dos: uno de Debolsillo y uno de Martínez Roca. Este
último lo ansié por años, pues se trata nada menos que de la primera edición en
castellano. Al final terminó en mis manos de la manera menos esperada: como
regalo en una fecha especial de alguien a quien adoro. ;)
Con estos
antecedentes, es inevitable sentirse honrado de poder leer el libro en papel (y
no en un insulso PDF ante la pantalla de un computador). En este caso fue una
relectura, en la cual mi concepto del libro se mantuvo, llegando a la
conclusión de que, sin duda, se trata de una excelente novela que da mucho para
pensar.
Haciendo
aparte todos los hechos funestos que siempre rodearon a la novela tras su
publicación, a medida que uno avanza en la historia se da cuenta de que en
realidad estamos ante una crítica dura y directa a la sociedad, a la hipocresía
de un supuesto orden establecido que, en muchos casos, lo único que hace es
reprimir a la juventud y hacerla más vulnerable aún, si cabe, a sus propios
miedos. No es de extrañar que los propios compañeros de Decker terminen
sumándose a su causa a medida que pasan las horas, mientras los alrededores del
colegio se llenan de policías, medios de comunicación y un sinfín de curiosos
ávidos de sangre.
Stephen King
tenía unos veinticinco años cuando escribió esta historia, y es de sorprender
la forma en que plasmó una situación que de otra manera habría resultado
monótona y aburrida.
Charles
Decker abre su corazón y expone a sus compañeros, en medio de retazos sueltos de
los hechos más trascendentales de su vida, el porqué ha llegado a esa situación
límite, a ese callejón sin salida, sin importarle en realidad otra cosa que no
sea gritar bien alto al mundo su protesta contra lo establecido. A medida que pasa
el tiempo, otros terminan relatando en voz alta sus propios miedos, sus
temores, su incertidumbre ante un futuro que se abre ante ellos bajo la sombra
de la presión que ejercen la escuela, el gobierno, la ley e incluso su propia
familia. Llega un momento en que, de alguna manera, vemos en un espejo al
adolescente que fuimos en el pasado, con sus respectivas dudas e inquietudes.
Al final el
crescendo nos llevará a un desenlace inevitable, no sin antes lograr que nos
cuestionemos las razones por las que, aún hoy en día, la sociedad cojea por
innumerables puntos, y los jóvenes siguen siendo carnaza de un orden que no los
trata como se merecen.
Sin lugar a
dudas, una novela imprescindible en la obra del autor, y unas de las mejores
publicadas bajo el seudónimo de Richard Bachman.
Me encantó el contexto histórico. Desconocía algunos detalles de la historia de este libro, como lo de la biografía de Bachman. Supongo que la habré leído en alguna parte y la olvidé, aunque es más probable que ni me hubiera dado por enterado. ¿Dónde la has leído? Me interesa, George.
ResponderEliminarPor lo demás, coincido con todo el trasfondo de esta novela, la crítica social y la plena identificación con la mente adolescente. La novela es buena, aunque después de que despertara tantas espectativas, me quedó faltando algo cuando la leí. Su fama la supera. Creo que gran parte del encanto de "Rabia" está en su dificultad para cpnseguirla y la sensación que ha causado.
¡Saludos!
Para mi una de las mejores novelas de King sin duda. NUnca terminé de entender ese renegar de esta obra. Considero que no tiene nada que ver con cualquier suceso que haya podido tener en colegios de USA. A ver si va a resultar más peligroso leer un libro que tener un rifle y una pistola en casa.
ResponderEliminarComo siempre excelente reseña.
PD: sólo tengo una edición de esta novela pero es la de Martínez Roca ;)
Un abrazo.
Genial post! No lo he leído aún! Con ganas !
ResponderEliminarFantástica reseña, George.
ResponderEliminarLeí «Rabia» hace un par de años, y me encantó. Es más, no la leí: ¡la devoré! Tiene un ritmo infernal.
¡Saludos!
Hola,
ResponderEliminarExisten 9 ediciones de Rabia en castellano;
La de Orbis Fabbri, la jet de bolsillo de Plaza y Janés, 3 de Debolsillo ( la normal , la jet y la best Seller, esta es la última del 2004) y 4 de Martínez Roca, una en tapa dura y las otras de la colección Gran Súper Terror en sus versiones Argentina, Española y Mexicana.