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viernes, 5 de diciembre de 2014

Leyendas de Dune I: La Yihad Butleriana, de Brian Herbert & Kevin J. Anderson


“A partir de ahora, la leyenda se hace realidad. El universo creado por Frank Herbert en su aclamada serie Dune, seguida por millones de lectores en todo el mundo, se amplía para descubrirnos, por primera vez, el episodio que le dio origen.

Diez mil años antes del nacimiento de Paul Atreides, del derrocamiento de un imperio, los últimos humanos libres se rebelaron contra el dominio de las poderosas máquinas que los habían esclavizado. En Dune, la Yihad Butleriana se revela la historia de Serena Butler, la mujer que prendió la llama de esa rebelión. Se destapa la traición que convertiría en enemigos mortales a la Casa Atreides y la Casa Harkonnen. Se desvelan los orígenes de la hermandad Bene Gesserit, de los doctores Suk, de la Orden de los Mentat y la Cofradía Espacial. Y aparece un planeta olvidado, Arrakis, donde acaba de descubrirse la melange, la especia que puede cambiar el destino de miles de planetas…”

Kevin J. Anderson nació el 27 de marzo de 1962. Es un escritor estadounidense de ciencia-ficción y publicó su primer relato en 1982. Ha escrito varias novelas de las continuaciones de Star Wars: Trilogía de la academia Jedi. Su primera novela, Resurrection, Inc., fue publicada en 1988. Ha publicado numerosos bestsellers y ha sido galardonado con los premios Nebula, Bram Stocker y el SFX Reader's Choice. Como dato curioso, Kevin ostenta el récord Guinness por ser el autor más prolífico a la hora de firmar libros.

Ahora bien, Brian Herbert también es un escritor de ciencia ficción, hijo nada menos que del famoso escritor Frank Herbert, quien es el autor de la saga original de Dune, la que ha sido aclamada por muchos como la obra cumbre del género. Aunque Brian Herbert ha escrito varias novelas originales en los últimos años, ha destacado por escribir junto con Kevin J. Anderson varias novelas que explican los hechos precedentes del Universo de Dune.

Esta novela, primera entrega de la trilogía Leyendas de Dune, la terminé hace ya un mes, y desde luego ya era hora de que tuviera su respectiva reseña en El Blog de Calavera. Hace muchos días que deseaba escribirla, y ya habría sido publicada sino fuera por el hecho de que cuando llegó el momento de hacerlo me vi en medio de una disyuntiva: el Universo Dune es realmente algo gigante. Comprende más de una docena de libros, los primeros seis escritos por Frank Herbert, y otros tantos escritos por su hijo Brian en coautoría con Kevin J. Anderson. Cuando me dispuse a escribir la reseña me di cuenta de que no sería fácil expresarle al hipotético lector de este blog qué lugar ocupa esta novela en toda esta cosmogonía.

Por tanto, decidí hacer algo que tuve en mente durante mucho tiempo desde que leí los primeros libros: escribir una entrada-artículo sobre toda la saga en general, incluyendo historia, análisis y cronología de toda la obra, todo esto acompañado de una guía de lectura para el lector novato. Así fue como nació una entrada a la que le puse todas las ganas y el corazón, y que, si a bien tienen, puede leer en este link: Dune: historia, análisis y cronología. Allí, querido lector, podrás conocer todo (o al menos toda la información que pude recabar) sobre esta obra maestra de la literatura.

De tal modo que antes de leer la presente entrada estaría bien visitar la anteriormente citada…, en caso de no conocer la obra de los Herbert, por supuesto. Esto, como digo, con el ánimo de ponernos en antecedentes sobre todo el marco general y el lugar que ocupa La Yihad Butleriana en la saga Dune.

La historia transcurre 10.000 años antes del punto en que comienza la saga original escrita por Herbert padre, donde conocemos por primera vez a Paul Atreides. En un comienzo, se nos cuenta que la humanidad ha permanecido los últimos mil años subyugada por el reinado de las máquinas pensantes, cuyo imperio de terror se ha extendido por gran parte de la galaxia. El origen de esta tiranía nació en un momento en que el progreso de la tecnología alcanzada por el ser humano llegó a un punto tal de sofisticación que el hombre, de alguna manera, se descuidó, dejando en “manos” de las máquinas gran parte de las funciones de su vida diaria y dotándolas de poderes más allá de lo aconsejable.


Brian Herbert y Kevin J. Anderson


Es en este punto donde surgen los Titanes, un grupo de inadaptados que adoptaron nombres míticos y que, arengados por un pensador llamado Tlaloc, conspiraron para derrocar a los antiguos gobernantes, convirtiendo de paso a las máquinas en terribles armas letales. La Liga de Nobles, un grupo de humanos de diferentes planetas decididos a luchar contra el nuevo dominio, poco pudieron hacer para evitar la derrota, no obstante lo cual permanecerían a lo largo de los siglos ofreciendo férrea resistencia en sus respectivos planetas.

Luego de una década de implacable gobierno, el pensador Tlaloc muere, quedando el Titán Agamenón con el liderazgo. Viendo la vulnerabilidad de sus cuerpos físicos para mantener el control de la dictadura, el grupo de insurrectos toma una decisión que cambiará para siempre el destino de la galaxia: mediante una operación sumamente delicada, los cerebros de cada uno de los Titanes es extirpado para ser luego implantados en cuerpos mecánicos, asegurando así su inmortalidad. Estas máquinas con cerebros humanos se denominarán “cimeks”.

Es allí donde la Era de los Titanes comienza.




No obstante, este reinado dura apenas un siglo debido a un error garrafal: uno de los Titanes, dedicándole excesivo tiempo a los placeres terrenales, se excede en la libertad brindada a su extensa red de inteligencia artificial, momento en el cual ésta toma consciencia de sí misma, derrocando a los Cimeks. Cuando estos se dan cuenta, ya es demasiado tarde.

La red se autodenomina Omnius, y conquista todos y cada uno de los sistemas planetarios gobernados por los Titanes, obligando a estos a someterse. Cuando comienza la novela, como mencionaba anteriormente, Omnius y los Titanes llevan ya mil años de dominio sobre los humanos.

La Liga de Nobles, sin embargo, permanece en pie de lucha tras este milenio de dominación, aunque una tensa calma de varias décadas hace prever que el momento de la confrontación definitiva se acerca…

Esto, realmente, es solo la antesala de una novela que comencé con muchas expectativas. Habiendo leído ya las seis novelas originales escritas por Herbert padre, eran muchas las incógnitas acerca de lo que sería no solo un salto de 10.000 años atrás hacia el pasado de la mano de su hijo Brian y su colega Kevin, sino también el cambio de registro propio de una historia escrita por personas diferentes. La prosa de Frank Herbert es impresionantemente rica. Es casi mística, y deja vislumbrar la sapiencia de un hombre que supo crear un universo completo de la nada.

¿Serían Brian y Kevin capaces de estar a la altura?

En alguna parte había leído que ambos en ningún momento habían querido imitar la prosa del creador de la saga, a pesar de que los lectores notaban ciertas similitudes.

Pues bien, cualquier duda resultó infundada: el libro es genial. Me encantó. La prosa difiere significativamente. De hecho, es más ágil en algunos sentidos, y el hecho de que los capítulos sean muy cortos, de entre tres y siete páginas, hace de esta una novela que se lee muy rápido. La trama, narrada desde diferentes puntos de vista tal como nos tenía acostumbrados Frank, es trepidante y llena de acción. Curiosamente, las míticas familias Harkonnen y Atreides, eternos antagonistas, juegan aquí roles invertidos, lo que le da un plus extra a la historia.

La acción comienza sin preámbulos, desde la primera página, donde se nos narra un ataque de los Cimeks al planeta Salusa Secundus, el cual hace parte de la Liga de Nobles, evento a partir del cual comenzará la verdadera resistencia de los humanos.





En este libro se nos narra el comienzo de la rebelión que acabará a la larga con el dominio de las máquinas, pero todos los pequeños detalles y acontecimientos de la historia hacen de ese trasfondo un relato muchísimo más impresionante de lo que pueda uno imaginar antes de adentrarse en sus páginas. El final, fiel a lo que nos tenía acostumbrados Frank Herbert, lo deja a uno sorprendido con el desenlace de cada subtrama, y con la miel en los labios para continuar.

No he querido adelantar nada de la trama o los personajes, dejándole al lector la inquietud con la antesala anteriormente expuesta. Creo que es un marco imponente.

En suma, creo que Brian y Kevin han conseguido una dupla que trabaja a la perfección. Ya quiero saber lo que se viene en el segundo volumen de la trilogía: La Cruzada de las Máquinas.





:)   

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