“Los relatos reunidos en este
volumen han conmocionado a los lectores más veteranos de libros de terror,
porque no repiten ninguno de los tópicos del género y cada historia abre las
compuertas a una forma inédita de espanto, como la del viaje bajo las calles de
Nueva York en El tren de la carne de medianoche; la necesidad de la muerte de ser satisfecha periódicamente; una
batalla tradicional entre dos remotos pueblos de Yugoslavia que de repente se
vuelve inesperadamente destructiva, y un largo etcétera más.
Los Libros de Sangre son un compendio de oscuras visiones que se
introducen en los sueños que se deslizan en secreto por nuestro subconsciente,
aguardando para salir a la luz. Capaz de adentrarse tanto en lo inimaginable
como en lo indescriptible, Clive Barker revive nuestras pesadillas más
profundas y siniestras, creando imágenes a la vez estremecedoras, conmovedoras
y terroríficas.”
Siempre que un autor es reseñado por vez primera en el Blog de Calavera suelo
comenzar con unas líneas dedicadas al escritor de turno, a manera de pequeña
biografía introductoria. No obstante, antes de acometer la escritura de la presente
reseña me di cuenta de que no ocurrió lo propio con Clive Barker, a pesar de
que ya he publicado sendas entradas dedicadas a sus libros Hellraiser, Sangre y El ladrón de días.
De tal modo que, para subsanarlo, quisiera dedicarle un par de párrafos
para sentar unos cuantos antecedentes sobre este escritor.
Clive Barker nació en Liverpool, Inglaterra, el 5 de octubre de 1952.
Aparte de escritor es también director de cine y artista visual. De hecho, sus
primeros pinitos los realizó en el campo de las artes escénicas, escribiendo
guiones para obras teatrales. Estudió inglés y filosofía en la Universidad de
Liverpool, y en la actualidad es uno de los más aclamados autores de horror y
fantasía.
Clive Barker |
A la edad de cuatro años fue testigo, en pleno espectáculo, de la muerte
del paracaidista francés Léo Valentin. Sería impreciso afirmar que esta
temprana cercanía con la muerte influyó de alguna manera en sus inclinaciones
artísticas, pero lo cierto es que en varias ocasiones Barker aludió a este
hecho en algunas de sus obras.
Su carrera literaria la inició con relatos de horror recopilados en la
serie Libros de Sangre (Books of Blood)
y con la novela El libro de las
maldiciones (The damnation game). Más tarde se trasladó hacia el género de
la fantasía moderna mezclándola con lo macabro. Si uno visualiza su obra de
manera global, es reconocible la idea de que bajo nuestro mundo, o paralelo a
este, existe otro mundo oculto conviviendo con el nuestro, habitado por
criaturas marginadas, demonios e incluso seres humanos con naturalezas
perturbadoras. Es reiterativo el papel de la sexualidad, mezclada muchas veces
con lo sobrenatural, sobre la cual se explaya sin tapujos. También es
representativo de su obra la construcción de mitologías complejas y cuidadosamente
estructuradas.
Ya lo decía Stephen King: "He
visto el futuro del horror, y su nombre es Clive Barker". Y es cierto:
Barker es único. Es el gestor de una nueva dimensión de horror, uno en el que siempre
sucede lo inesperado. Constantemente algo que te saca de la realidad, de los
lugares comunes del género... y te lleva más allá, invitándote a ser testigo de
primera mano de horrores insospechados...
Libros Sangrientos 1 es una
prueba más de lo que hablo y ya ha sido expuesto en sus anteriores reseñas. En
este caso, siendo una colección de relatos, debemos ir paso a paso. Tras una
introducción de Ramsey Campbell en la que nos expone por qué debemos prestarle especial
atención a este autor, la antología da inicio:
Los muertos tienen autopistas: “Para Simon McNeal todo empezó como un juego. Al principio se limitaba
a simular ruidos. A los veinte años sus trucos psíquicos le llevaron a
conseguir más fama y riquezas de las que nunca pudo soñar. Entonces los muertos
empezaron a tomarse un espantoso y sangriento desquite”. Un relato curioso
pero estremecedor que de alguna manera también sirve de introducción a toda la
serie. Como lo dice la sinopsis, Simon simula ruidos y extraños sucesos para
engañar a la gente (de hecho, el lector también resulta confundido en un
comienzo), pero luego los muertos deciden poner las cosas en su lugar.
El tren de la carne de medianoche: “El detective Leon Kaufman investiga una cadena de sangrientos
asesinatos en el metro de Nueva York. Cuerpos mutilados y desangrados hacen
pensar en un sádico asesino en serie. Lo que no sabe es que su investigación lo
llevará más allá de lo que su cordura le permite imaginar”. Primer gran
relato de los Libros de Sangre. Inquietante y sugerente, lleva al lector a ser
testigo de secretos enterrados en lugares impensados. De los mejores relatos de
la antología. Fue adaptado a la gran pantalla en 2008 con Ryuhei Kitamura en la
dirección y Bradley Cooper en el papel protagónico.
El geniecillo y Jack: “Un pequeño ser de las tinieblas es puesto a prueba por las altas
esferas del infierno. Su misión: espantar a Jack Polo, un importador de
pepinillos. Sin embargo, pronto descubrirá que no será tarea fácil”. Una fina mezcla de terror y comedia,
al mejor estilo de Barker. Un relato en que la existencia de un inframundo
plagado de seres sobrenaturales se da por sentado con toda naturalidad. El
resultado no deja de ser bastante llamativo.
El blues de la sangre
de cerdo: “No corras. No grites. No silbes. No
pelees. Son las reglas del Centro de Rehabilitación para Delincuentes Juveniles
Tetherdowne. Aunque, en opinión de Neil Redman, expolicía a cargo de impartir
un poco de disciplina, el lugar tiene más de prisión que de cualquier otra
cosa. Eso sí, los internos no son ningunos ángeles, y no pasará mucho tiempo
para que Redman descubra que el lugar guarda además un oscuro secreto”. Otro relato realmente sobrecogedor. Atrapa desde un comienzo con su prosa
tranquila que va brindando el misterio a cuentagotas para luego poner toda la
carne en el asador. Muy bueno.
Sexo, muerte y brillo
de estrellas: “Un teatro en decadencia se prepara
para la que, probablemente, sea la última obra. Sexo, muerte y, en efecto, el
brillo de las estrellas que quieren lucirse en esa postrera presentación. Sin
embargo, los veteranos habituales del teatro tienen algo que decir”. Un relato en el que Barker se
desenvuelve con toda la comodidad que le permite su propia experiencia en el
mundo de las tablas. Tiene cierto toque nostálgico que nos adentra en esa
atmósfera tan particular que solo los duchos en las artes escénicas conocen.
Sin mayores pretensiones, el relato logró envolverme.
En las colinas, las
ciudades: “Una pareja homosexual que se halla
en un viaje de placer por la vieja Europa se encuentra de pronto en medio de una
batalla tradicional, inesperadamente destructiva, entre dos remotos pueblos de
Yugoslavia”. Este relato
me dejó profundamente impresionado por su originalidad, clara muestra de la
prodigiosa imaginación del autor. Me atrevería a afirmar que no solo es uno de
los mejores relatos de Barker, sino también uno de los mejores que he leído en
el género. ¡Cuánta imaginación, por Dios! Todo parece transcurrir con relativa
normalidad (incluso a pesar de que, nada más comenzar, nos topamos con una
escena de sexo entre los protagonistas), cuando un zarpazo de la pluma de
Barker te descoloca por completo. A veces es necesario llegar hasta el final
para tener consciencia propia de lo que uno ha presenciado. Recuerdo haberme
quedado mirando sin ver durante varios minutos tras haberlo terminado. Fue como
un sueño especialmente vívido que hubiera permanecido latente en mi mente,
como una impresión solar en la retina. Si acaso no lo había hecho antes, a
partir de ese momento Clive Barker ganó mi respeto y veneración como nuevo
pilar del género.
El escritor de Liverpool escribe muy bien, tiene una prosa fina, y no le
importa ser morboso, o hasta obsceno, pero con una elegancia sutil en las
letras. Quien no lo haya leído, sobra decirle que lo recomiendo especialmente.
Barker sacia la sed a quienes, equivocadamente, pensaban haberlo visto todo en
el género del terror.
Por cierto, no sobra recordar que el presente libro hace parte de una
serie de antologías publicadas por el autor a mediados de los ochenta. Poco a
poco irán siendo reseñados en el blog, y más adelante publicaré una pequeña guía
para ilustrar la forma en que cambiaron los títulos y la cantidad de tomos en
su traducción al castellano.
¡Saludos!
Esa guía es más que necesaria, George. Yo todavía me hago un ocho cuando me preguntan sobre el orden de los libros traducidos al español. Aunque cuando salgan las ediciones de Valdemar, todo ese embrollo se va a ir al carajo.
ResponderEliminarSin duda,e ste es un primer libro magnífico. Coincido contigo en que "En las colinas, las ciudades" es uno de los mejores relatos de la antología. "Sexo, muerte y brillo de estrellas" es otro de los que me gustaron bastantes. Muy auténtico. Y sin duda, "El tren nocturno de la carne" es superior. Me encanta la película, aunque deteste a Vinnie Jones.
-Mauro Vargas.
Gracias por pasar y comentar, Mauro.
ResponderEliminarEfectivamente, es un poco enredado el tema de las ediciones en castellano y cómo distribuyeron la obra original. Escribiré pronto la guía, eso seguro.
Saludos!
Interesante libro.
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