Sinopsis:
“En el corazón del África salvaje se
desarrolla una apasionante aventura en pos de encontrar la ciudad perdida de
Zinj, punto clave de una terrible intriga internacional. Sus protagonistas: una
chica ambiciosa al servicio de una poderosa multinacional; un joven científico
californiano; Amy, un gorila entrañable; y un experto cazador que conoce los
misterios de la selva. Todos ellos se enfrentan a peligros mortales: pigmeos
siniestros, bestias monstruosas, ríos de lava, espías de naciones enemigas,
mercenarios implacables…”
Como contara
en la reseña inmediatamente anterior, El hombre terminal, hace poco me di a la tarea de hacerme con todos los libros
de Michael Crichton publicados en castellano. Siempre me gustó la temática y el
estilo de este autor, pero también la repentina “fiebre” tuvo que ver con el
amor por los libros y el coleccionismo. Sea cual sea el objeto a coleccionar (billetes,
estampillas, monedas, álbumes de fútbol, libros, etc.), es emocionante fijarse
una meta y darse a la búsqueda de cada uno de los ítems de una lista. En este
caso, la cacería y los posteriores hallazgos son doblemente emocionantes, pues
se combinan el coleccionismo y la pasión por los libros como objeto físico con
el amor por la literatura.
Una vez
fijada la meta, fue Congo, sin duda
alguna, el título que me llamaba más fuertemente la atención. Había visto la
película de culto hacía muchos años, y recordaba vagamente algunos detalles,
por lo que la idea de leer la novela original, sabiendo la calidad de las obras
de Crichton, me llenaba de gran expectativa. Siempre me gustaron los libros de
aventuras, con ese aire misterioso de expediciones, ciudades perdidas, terrenos
inexplorados y leyendas cuyas raíces se hallan ocultas en el pasado… Además, es
un hecho que la sola mención de la palabra “Congo” evoca enigmas, misterios,
una serie de sensaciones relacionadas con lo desconocido e inexplorado que no
dejan de provocar curiosidad.
Michael Crichton |
Por fortuna,
fue esta una de las primeras novelas que conseguí en esta nueva cacería, así
que no pasó mucho tiempo para que me sumergiera en sus páginas.
En Congo confluyen protagonistas de
diferentes características movidos por un objetivo común. La doctora Karen Ross
es una chica ambiciosa que trabaja al servicio de una poderosa multinacional de
telecomunicaciones, cuyo objeto es la recogida de bases de datos y análisis de
información, tanto por escaneo vía satélite como por investigaciones de campo
en diferentes partes del mundo y con diferentes finalidades. La novela comienza
cuando una expedición enviada al Congo desaparece en extrañas circunstancias.
Su objetivo era hallar una fuente de diamantes azules para la comercialización con
empresas de tecnología. Se trata de una gema con valor nulo como piedra
preciosa, pero con altos niveles de conductividad, lo que la torna apetecida por
las multinacionales de la computación. Ross, a quien anteriormente se le había
negado la posibilidad de ir a la investigación de campo, pide liderar un nuevo
intento, dada la importancia que tiene el proyecto.
Primera edición |
Es en los
preparativos cuando se pone en contacto con Peter Elliot, un joven científico
californiano líder del Proyecto Amy, cuyo propósito es comprobar que los
primates son capaces de comunicarse mediante señas, así como entender y hacerse
entender por los humanos. Amy es un gorila entrañable con siete años de edad,
prestada por el zoológico, y la cual ya ha sido capaz de aprender 600 palabras
diferentes. Amy comienza a mostrarse inquieta y a “decir” que tiene pesadillas.
En algunos de sus dibujos aparece una y otra vez lo que parece ser una ciudad
con semicírculos, que tras investigarlos resultan corresponder con la ciudad
perdida de Zinj, ubicada en el corazón del Congo. Justamente el lugar al que
Ross y compañía se proponen ir.
En el
camino, Ross se contacta con el Capitán Munro para liderar la expedición, un experto
cazador que conoce los misterios de la selva. Además, Munro posee un largo
historial de mercenario a sueldo al servicio de grupos de investigación en
territorios agrestes y salvajes, lo que lo convierte, pese a su naturaleza
díscola, en el guía ideal para el grupo de Ross.
En medio de
todo esto se teje una intriga internacional, pues también los japoneses se
encuentran interesados en llegar al yacimiento de diamantes, sabedores de su
importancia en lo que puede ser un adelanto de cinco años en la tecnología
frente a sus competidores. Estos no escatimaran en recursos para frenar el
avance del equipo de Ross y compañía. Incluso si tienen que utilizar la
violencia para conseguir su objetivo.
Para colmo,
en plena expedición estalla un conflicto político en el país, lo que deja a
ambos bandos en medio del fuego cruzado.
La novela es
una mezcla de aventura, acción, misterio y tecnología. Y la historia tiene de
todo: pigmeos siniestros, bestias monstruosas, ríos de lava, espías de naciones
enemigas, mercenarios implacables y, por supuesto, considerable información
científica y tecnológica, al mejor estilo de Crichton. El libro me gustó
bastante, fue una lectura muy esperada que me dejó un buen sabor de boca. Todo
el misterio que rodea al indomable Congo fue lo que más me atrajo y me agradó;
todo el tema de misterios ocultos y ciudades perdidas siempre me resulta
atractivo.
Tal vez
habría preferido un final más épico y que la naturaleza de la ciudad perdida de
Zinj se explotara más, pero en general estuvo bien. Hizo gala de su reputación,
y me tuvo atrapado en todo momento. La gran cantidad de información
suministrada por Crichton, donde además de los temas anteriormente mencionados también
habla de historia y geografía, resulta siempre interesante. Sobre todo cuando
esperas que una novela te aporte algo más que puro entretenimiento. Sin duda,
cumplió mis expectativas y la recomiendo ampliamente.
Como contara
más arriba, la novela fue adaptada al cine en 1995, con Frank Marshall en la
dirección y Laura Linney, Dylan Walsh, Tim Curry y Ernest Lee Hudson en los
papeles protagónicos. Ahora que terminé la novela, estaría bien volver a ver
este clásico del cine. Espero que haya envejecido bien…
Los dejo con
el tráiler de la adaptación cinematográfica:
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