Sinopsis: “Londres, siglo XIX.
La arqueóloga lady Sarah
Kincaid, una mujer culta y apasionada, debe desentrañar por encargo directo de
la Familia Real el misterio que rodea el brutal asesinato de varias prostitutas
en un barrio marginal de la ciudad. El símbolo de la antigua divinidad egipcia
Thot, un jeroglífico hallado en el lugar de los crímenes, señala como principal
sospechoso ante la opinión pública al sobrino de la Reina, enigmático personaje
miembro de una asociación llamada la Liga Egipcia.
Las muertes parecen
relacionadas con un extraño texto envuelto en la leyenda, El libro de Thot, una obra que
supuestamente contiene las claves para llegar al templo donde se encuentra la
mayor fuente de poder imaginable: el fuego del dios del Sol Ra. Este
descubrimiento arrastra a la joven arqueóloga hasta el lejano Egipto, donde le
espera la verdad… o la muerte.”
Michael Peinkofer nació en Kempten, Alemania, en 1969. Estudió
literatura alemana, historia y ciencias de la comunicación en la Universidad de
Múnich. Durante esta época universitaria publicó sus primeros escritos bajo
seudónimo. Trabajó como periodista independiente para revistas de cine, y
también se ha desempeñado como traductor para editoriales tan prestigiosas como
Heyne o Tessloff.
Desde 1995 Peinkofer se dedicó por entero a la escritura y la
traducción. Hoy en día vive y trabaja en Algovia, una región al sur de
Alemania. Su primera novela publicada en nuestro idioma fue Trece runas (2008), traducida ya a siete
idiomas, sin duda la obra que le dio a conocer como uno de los referentes entre
los jóvenes autores de novela histórica y fantástica de la actualidad. Michael
gusta de practicar esquí y senderismo, y es un apasionado del cine y el teatro.
Michael Peinkofer |
Hasta hace poco este autor era completamente desconocido para mí.
Nunca había leído nada de él y ni tan siquiera su nombre me era familiar. Fue en
la última Fiesta del libro y la cultura de Medellín cuando me topé con esta
novela casi regalada. Me llamaron la atención el título y la sinopsis, de tal
manera que me lo traje conmigo.
La historia inicia con una serie de crímenes sangrientos en el
Londres victoriano. Los cuerpos de varias prostitutas aparecen brutalmente
asesinados en las calles de la capital inglesa, y junto a ellos el símbolo de
la antigua divinidad egipcia Thot. El sobrino de la reina, miembro de una
especie de logia, es señalado como el principal sospechoso, lo cual podría poner
en grave riesgo la continuidad del linaje real. Es entonces cuando la familia
real acude a la joven arqueóloga Sarah Kincaid.
Sarah se encuentra muy lejos de allí, en una especie de retiro
autoimpuesto tras la muerte de su padre, también arqueólogo de gran prestigio y
que murió en extrañas circunstancias mientras adelantaba una investigación en
Egipto. Ha pasado ya un par de años, pero Sarah aún sigue sin superar su
dolorosa pérdida. En su finca, Kincaid Manor, es visitada por un estrecho
allegado de la familia a quien ella trata de tío, quien la convence de salir de
su encierro y viajar a Londres por pedido de la reina.
Ya en la capital, y con la ayuda de un viejo amigo francés que se
une a la investigación por petición de la arqueóloga, Sarah pronto descubre que
las muertes están relacionadas con un extraño libro que contendría las indicaciones
para llegar al templo de Thot, cuna de una fuente de poder inimaginable que
lleva siglos perdida en el corazón del desierto. Acompañada del consejero real,
un inspector de Scotland Yard y un misterioso guía egipcio, Sarah viaja a
Egipto, en un recorrido repleto de aventuras, tormentas de arena, cocodrilos y
una secta guerrera dispuesta a todo por mantener el secreto del libro de Thot a
buen resguardo.
Comencé el libro sin muchas expectativas, pero la verdad es que me
ha gustado. Adolece de algunos clichés, y en las primeras cien páginas los
personajes lucen un poco acartonados, pero cuando la historia se traslada de
Londres a Egipto comienza la mejor parte, y el relato se torna más interesante.
La novela tiene mucho de historia, aventura, acción y misterio. Por momentos, sobre
todo al final, me recordó especialmente a las historias de Indiana Jones que
tanto me gustaban de chico, lo que le ha agregado varios puntos a la novela.
Sarah Kincaid, la heroína protagonista, es una arqueóloga simpática y aguerrida
a la que, aunque no te deslumbra, le vas cogiendo cariño poco a poco. Al final
me dejó un buen balance. Sin ser una novela espectacular, sí resulta una
historia entretenida e interesante, con un final sorprendente.
Tras terminar la novela e indagar un poco más acerca del autor, he
descubierto que este es el primero de cuatro libros independientes con Sarah
Kincaid como protagonista. Los otros son “La
llama de Alejandría”, “Las puertas
del infierno” y “La luz de Shambala”,
todas ellas novelas de aventuras con tintes históricos ambientadas hace poco
más de un siglo.
Habrá que darles la oportunidad. Sin duda los títulos y las portadas
resultan bastante sugerentes.
:)
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