Presentación de BIENVENIDOS A SOLEDAD

En la madrugada del domingo 17 de octubre de 2010 tuve un sueño... Por esos días estaba buscando la idea de un relato para presentar a un concurso literario de Ka Tet Corp. Así que no les diré qué clase de sueño tuve, por supuesto, al menos aún no, pero sí les diré que cuando desperté, pensé: “He aquí la historia para el concurso. Es perfecta”. Permanecí casi una hora divagando y maquinando hasta que volví a dormirme. Y el sueño volvió…

Cuando desperté esa mañana sentía unas ansias terribles de plasmar la historia, y cuando Calavera tiene esos impulsos es porque algo se cuece. :P Prendí el computador a eso de las 8:40 a.m. y, luego de revisar el mail, empecé. :) Pero conforme avanzaba descubrí que la historia se tomaría mucho más de las 4.000 palabras establecidas para el concurso. Me detuve, analicé la situación y me dije: “Dejémosla que siga su curso. Algo se me ocurrirá luego para el concurso”. Así que seguí.

Estuve buena parte del día escribiendo y corrigiendo la primera parte del relato. Había alcanzado las primeras 4.000 palabras y en ese momento calculaba que se tomaría otras 6.000 (al final se tomó muchas más). Eran las 6:30 p.m., estaba cansado de estar casi todo el día frente a la pantalla, escribiendo, revisando, corrigiendo, y había decidido hacer una exhaustiva corrección más y publicar lo que llevaba. Por un lado porque ansiaba compartirlo, y por otro porque así me sentiría más en la obligación de terminarlo como era debido. Para un escritor aficionado como yo, al que en realidad se le dificulta un poco eso de exprimirse el cerebro y plasmar ideas, era una empresa arriesgada. Viéndolo en perspectiva, fue como mi Milla Verde, pues lancé la primera parte de un relato, sin tener nada más escrito y, de hecho, con una idea muy vaga de hacia dónde me dirigía. Fue un compromiso conmigo mismo y con los lectores.

Para mí fue una semana de locos. Escribiendo, revisando y corrigiendo las sucesivas partes, y tratando de cumplir con lo que había prometido. Procurando no tardar demasiado entre la publicación de cada parte, a lo sumo dos o tres días. Es lo más largo que he escrito, quizá el relato más ambicioso, y para mí fue un reto. Fue, repito, como mi Milla Verde. Salí indemne, pero no fue nada fácil.

Todo salió bien, digo gracias. Demasiado bien, de hecho, pues la historia cobró vida y me llevó por siniestros senderos que me exigieron mucha fuerza de voluntad para afrontarlos. Quizá el lector vislumbre algo de eso. Si no, me place contarle que pronto lo sabrá. Luego de la publicación de las cuatro partes de BIENVENIDOS A SOLEDAD (originalmente se publicó en cuatro partes y, aunque cada una es tan larga como un relato, decidí republicarlo en mi blog de la misma manera), tengo planeado escribir una pequeña crónica que he estado posponiendo por algunos meses y que muy pocos conocen. Será una especie de “Detrás de…” del relato.

La historia tiene una extensión de casi 16.000 palabras y, como ya dije, estará dividida en cuatro partes, pues cada una de estas termina con su propio clímax, por lo que dividirla en más partes desvirtuaría el suspenso y la manera en que la escribí.

He puesto esta especie de presentación del relato en una entrada independiente debido a su extensión, así que la primera parte del relato vendrá inmediatamente a continuación, en una nueva entrada.

Los invito a visitar un entrañable pueblecito llamado Soledad…

;)