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domingo, 26 de mayo de 2013

Escalofríos Nº 4: ¡Sonríe y Muérete!, de R. L. Stine

Cada foto encierra una historia…

“Greg piensa que hay algo raro en la cámara que se encontraron él y sus amigos en una abandonada casa de las afueras de Pitts Landing.

Las fotografías que toma salen raras, muy raras… Como aquella en que salió el nuevo automóvil de su papá destrozado, antes de que este fuera destruido en un accidente.

Pero los amigos de Greg no le creen. Y Shari lo obliga a traer la cámara el día de su cumpleaños, y a tomar una foto de ella con el grupo de invitados. Pero Shari no aparece en la fotografía cuando esta sale de la cámara. ¿Será que Shari desaparece de la foto para siempre? ¿Cuál será la siguiente víctima de la cámara malvada?”

Siete meses han pasado desde la última “escalofriante” lectura. :) Y teniendo en cuenta que el año pasado leí tres y que este año llevo uno —el cuarto—, y que aún queda más de medio año por delante, eso apunta a un ritmo de tres tomos por año. Y si la colección consta de 45 números —al menos la publicada por Norma—, todo indica que tardaría quince años en leerlos todos… :o

Nota mental...: Aumentar el ritmo de lecturas de Stine si quiero terminar de leerlos antes… XD

En todo caso, y haciendo aparte estas “elucubraciones”, esta nueva lectura ha estado tan amena como las anteriores. El misterio de la cámara que parece tomar fotos “proféticas” —o que provoca eventos desafortunados— te engancha desde el principio. A mí particularmente me ha recordado mucho a un relato de Stephen King: El Perro de la Polaroid, reseñado hace un tiempo en este blog. En la novela corta del escritor de Maine, la Polaroid toma extrañas instantáneas de un mismo lugar que no existe en la realidad del relato, sea cual sea el objeto o sitio que se trate de fotografiar. Con el tiempo, el protagonista descubre que en realidad no siempre es la misma foto. O bueno, sí lo es, pero esta comienza a cambiar con cada toma…

En el relato de Stine, Greg toma fotos que salen con algunos cambios, como cuando fotografía a un amigo
sonriente que en la foto aparece con un terrible gesto de dolor. Toma tras toma, el protagonista comienza a descubrir el funcionamiento de la misteriosa cámara y las graves consecuencias que su uso puede conllevar…

Las páginas vuelan, y aunque pronostique uno la lectura de veinte o treinta, al final terminar uno leyéndose el doble, y conforme se acerca uno al final definitivamente no puede parar hasta descubrir cómo termina todo, cuál es la explicación del misterio —a pesar de que al comienzo uno no puede evitar preguntarse si no debería estar leyendo otra cosa y si el libro de turno no resultará soso—. Stine sabe manejar sus hilos, y por muy “infantil” que pueda sonar su prosa a veces, al terminar te tienes que tragar tus palabras y admitir que ata sus historias muy bien, de una manera muy amena y entretenida, siempre con su particular estilo. :)

Y otra cosa, el infaltable cliffhanger del final que lo deja a uno :O … GENIAL! :P

Muy recomendable! ;)

Próximamente: Escalofríos Nº 5, La Maldición de la Momia


;)


miércoles, 22 de mayo de 2013

De regreso a la cacería


Hoy, después de casi tres meses sin ir de cacería, decidí ir a probar suerte y saborear nuevamente el misterio de la búsqueda. :)

Tanto por tiempo como por cuestiones monetarias no había podido ir a echar un vistazo en las librerías de segunda mano, y el hecho de que las búsquedas infructuosas sean más que las fructíferas supongo que también influyó en algo. En todo caso, hoy fui a echar un vistazo, y vaya que valió la pena! :D

Este fue el botín que me traje a casa esta noche:





Cada uno de los cuatro son ediciones que no se ven todos los días. Nada más los tomos de Horror, la   mítica serie de antologías de Martínez Roca, son unos tesoros que se encuentran rara vez, y esta ocasión (aunque confieso que ya los tenía), no los pude dejar pasar. No sea que caigan en las manos equivocadas… :P

Así que nada más ni nada menos que Horror 2, Horror 4 y Las Mejores Historias de Terror I, todos editados por la mencionada editorial Martínez Roca, han caído en mi botín. Por el momento, lo primero que haré será reemplazar los dos últimos y renovar las ediciones viejas que tenía. Sobre todo el tomo pequeño (cuya colección es casi tan difícil como las de “Horror”) lo tenía en un pésimo estado. Pueden ver la foto haciendo click aquí. :)

Ya más adelante veré qué decido hacer con ellos, pero sin duda buscaré alguien que los sepa valorar como se merecen. De todas formas, el mero hecho de encontrarlos ha sido genial. :)

Y la otra sorpresa de la noche fue nada menos que la primera edición en castellano de uno de mis libros favoritos del Maestro del Terror: Cementerio de Animales.




Esta fue una edición que dejé pasar en una ocasión y siempre me arrepentí. Siendo uno de mis favoritos, me gustaría tener tantas ediciones como pudiera, pero irónicamente hasta hace menos de un año solo tenía la del Círculo de Lectores. Ahora tengo tres!! :D Uno de los cuales, por cierto, trae una introducción inédita en castellano. :)

Aquí está la foto de los tres hermanitos:





Y bueno, espero que esta sección del blog, y por ende mi estantería, empiece a moverse más a menudo. Ya hay un par de libros que espero estén prontos a llegar, y otro par que tengo en la mira para el próximo mes… :)

Saludos! ;)


domingo, 19 de mayo de 2013

Christine, de Stephen King


“El oscuro protagonista de esta novela es un automóvil marca Plymouth de 1958 llamado Christine, un superviviente de un tiempo en que la gasolina era barata y el rock and roll marcaba el ritmo de la época.

Arnie Cunningham está dispuesto a conseguirlo a cualquier precio. Y lo consigue. Pero mientras trabaja en la ardua tarea de restaurarlo, el coche da muestras de una terrible vida propia. ¿O es solo imaginación? Dennis, su mejor amigo, sigue creyéndolo así, pero la gente muere en las oscuras calles y avenidas de Libertyville. Y llega un momento en que Dennis ya no puede negar la aterradora verdad: Christine está viva…”

Una amiga de Argentina, Marina Gareis, tan seguidora de Stephen King como yo, suele decir que antes de llegar al claro al final del camino habría que leer toda la obra del Maestro del Terror al menos dos veces. Yo, tan seguidor del escritor de Maine como ella, creo que tiene razón. :)

Me gusta releer libros, y siempre he pensado que hacerlo es como visitar a un viejo amigo, uno con el que pasaste momentos memorables y del que tienes gratos recuerdos. Revisitar lugares, revivir momentos y volver a ver esos personajes que con el tiempo se tornaron de carne y hueso en tu mente, es algo que siempre me ha agradado, y más con las historias de King, la mayoría de las cuales guarda siempre un atractivo, un misterio, una magia entrañable que con el tiempo quieres reavivar…

Pues bien, he leído casi toda su obra —con la única excepción del último libro de La Torre Oscura, El Viento por la Cerradura (que aún no me llega de tierras australes), la novela inédita La Planta y el libro sobre los Red Sox escrito en coautoría con Stewart O’Nan (sin mencionar uno que otro relato que aún no aparece en nuestro idioma)—, y al día de hoy he releído casi treinta de sus libros. Christine era el que hacía más tiempo había leído y que aún no revisitaba, y hacía mucho tiempo lo tenía pendiente, mirándolo de cuando en cuando en la estantería y prometiéndome a mí mismo hacerlo más pronto que tarde.




Pero pasaron muchos meses, hasta que hace poco concerté la relectura conjunta con algunos amigos de Argentina, y fue esta la ocasión perfecta para hacerlo…, aunque al final me quedé muy atrás con respecto a ellos por cuestiones de tiempo… :(

En todo caso, esta tarde finalmente lo terminé y, como casi siempre con el Maestro del Terror, la lectura ha sido sumamente grata. Más tratándose de un clásico del género como lo es Christine.

La historia del auto que cobra vida mágicamente y se torna vengativo y sangrientamente violento ha dejado huella no solo en la historia de la literatura de terror, sino también en la historia del cine. La adaptación de John Carpenter en 1983 inmortalizó para siempre el Plymouth Fury del 58 rojo y blanco, y decenas de miles de modelos a escala del mítico coche se han vendido como pan caliente en los últimos treinta años. Yo, de hecho, aún quiero el mío… :’( Por ejemplo, uno como este:




Es uno de esos íconos que con el tiempo reconoces en cualquier lugar, uno que además ha gozado de numerosos “cameos” en películas y series de televisión, y del que de verdad me muero por tener un modelo adornando mi estantería…

Pero todo nace en un comienzo, desde luego, de la mente del inigualable escritor de Maine, que en 1983, tras haber hablado ya en sus novelas de telequinesis, vampiros, hoteles encantados, poderes sensoriales, piroquinesis y plagas apocalípticas, reinventando y revitalizando en todos los casos esos lugares comunes del género, decidió hablar esta vez de un coche encantando…, por definirlo de alguna manera.

Viniendo de la pluma de un escritor del común la idea podría lucir risible e incluso ridícula, pero King supo dotarla, como siempre lo hace, de una vida y una magia como pocos podrían haberlo hecho. Y esto, claro está, gracias a su estilo sincero, ameno y coloquial, que te lleva de la mano del narrador a vivir la historia de una persona para nada extraordinaria, alguien que podría ser tu propio vecino, que termina metida en situaciones límite. Y es que en la figura de Arnie podría uno sentirse perfectamente identificado. Sus miedos, sus temores, sus flaquezas, podrían ser las de cualquiera de nosotros. Y cuando Christine aparece de pronto para cambiar su vida, es inevitable ponernos de parte del tímido chico, y sonreír internamente a medida que se va superando y dejando atrás todo lo que siempre ha sido motivo de desdicha…, aunque ello le lleve a ponerse en contra de sus propios padres, de su mejor amigo, e incluso, al final, de sí mismo…


Stephen King y Christine


La historia está dividida en tres partes, dos de las cuales —la primera y la última— son narradas en primera persona por el mejor amigo de Arnie, Dennis Guilder, dotando la narración de una atmósfera entrañable y muy cercana, como todas las historias de Stephen King que son narradas de esta manera. La segunda parte, con su narrador omnisciente, es, no obstante, tanto o más atractiva que las otras dos, pues nos lleva a lugares más recónditos y oscuros que no están al alcance del primero.

Adornada cada capítulo con extractos de canciones de los cincuenta, llena toda ella con ese ambiente rockandrollero a pesar de transcurrir a finales de la década de los setenta, la novela irá tornándose oscura a medida que avanzas en sus páginas, y al final la sombra del mítico auto que surge de las cenizas del garaje de LeBay, el desagradable propietario original, al espeluznante esplendor final, se extenderá, muerte tras muerte, hasta alcanzarlo todo y no dejar otra opción que enfrentarse a él… o a ella, como se refieren los protagonistas, como si el auto fuese en realidad una chica de la que Arnie se enamora perdidamente…

Tal vez no sea una de las novelas más significativas de este escritor, pero sin duda es un clásico del género
que tiene un lugar especial en el corazón de los seguidores del Maestro…

La película de Carpenter, por cierto, protagonizada por Keith Gordon, John Stockwell, Alexandra Paul y Harry Dean Stanton, es una de las pocas adaptaciones de una novela de King que vale la pena ver. Muy recomendable.

Diez años habían pasado desde que la leí por vez primera, y aunque hubiera preferido tardar mucho menos en esta ocasión, su lectura ha sido bastante amena y entretenida.

No está de más, como sucediera precisamente con la última novela reseñada en este blog —El Dragón Flotante, de Peter Straub—, recomendarle al lector que si cae en sus manos la edición que ilustra esta entrada, es decir, la del Círculo de Lectores, se abstenga, por lo que más quiera, de leer la sinopsis. Si la novela anteriormente citada era arruinada, en este caso es poco menos que destripada. No sé qué pasaba por la cabeza del que lo hizo en ese momento, y mucho menos por la de la editorial al permitir publicar semejantes spoilers, pero no hay caso… El hipotético lector de este blog queda avisado… ;)