sábado, 30 de marzo de 2013

El Dragón Flotante, de Peter Straub


“En la lujosa comunidad de Hampstead, Connecticut, se produce un accidente al derramarse un gas tóxico llamado D.R.G.-16 que afecta a las personas de esta comunidad y desata fuerzas contenidas en este lugar desde hace mucho tiempo. Tres personas, dos de las cuales poseen poderes telepáticos temporalmente dormidos, se unen a un viejo escritor para tratar de descubrir los antecedentes de esta tragedia.

Su búsqueda los llevará a varios cientos de años atrás, a los orígenes de la población, y en el camino descubrirán, junto con su propia perdición, que el mismo mal ha venido azotando al pueblo durante muchísimo tiempo, cebándose en él por periodos cíclicos de destrucción y violencia…”

Peter Francis Straub, nacido el 2 de marzo de 1943 en Milwaukee, Wisconsin, es un novelista, cuentista y poeta estadounidense especializado en el género de terror. Sus historias han recibido varios importantes premios en el ámbito anglosajón: el premio Bram Stoker, el World Fantasy Award y el International Horror Guild Award, lo que lo sitúa entre los autores más galardonados del género en la historia reciente.

Straub estudió en las universidades de Wisconsin, Madison y Columbia. Practicó brevemente la docencia en el University School of Milwaukee, tras lo cual se mudó a Dublín, Irlanda, donde empezó a escribir profesionalmente. Tras varias intentonas, atrajo la atención de crítica y público con su quinta novela: Fantasmas (1979), que más tarde fue llevada al cine, protagonizada por el actor Fred Astaire.

Ha publicado una veintena de libros, entre ellos uno de ensayos, varios volúmenes de poesía, y dos significativas colaboraciones con Stephen King: El Talismán (1983) y Casa Negra (2001), ambas pertenecientes a un mismo ciclo del cual se espera hace varios años su tercera y aparentemente última entrega.

El Dragón Flotante, publicada en 1983, es la historia de un pueblo, de una distinguida comunidad caracterizada por la opulencia y el elevado nivel de sus vecinos. Es la historia de sus habitantes y de su pasado.

El grave accidente químico que afecta una tarde de mayo de 1980 a la comunidad de Hampstead es solo el
Peter Straub
detonante de algo más grande, la punta de un iceberg que se gesta cada cierto tiempo en el pueblo, cobrándose un precio sangriento.

Un viejo escritor, un próspero arquitecto, una mujer cansada de su marido y un joven, perteneciente a una familia venida a menos, serán el grupo protagonista que tratará de llegar al fondo de todo, conscientes de que el mal que aqueja al pueblo no es solo producto del gas venenoso que afecta a la comunidad…

Para mí, hay dos maneras de llegar a Straub: por ser amante del género del terror, o gracias a Stephen King. Yo, aunque soy ferviente admirador del escritor de Maine, recuerdo que llegué al viejo Pete gracias a lo primero. Casi me puedo ver de pie entre las estanterías de la biblioteca de mi universidad sacando un viejo volumen en tapa dura titulado Fantasmas. El título, cómo no, llamó mi atención, y en los sucesivos días me atrapó muchísimo su lectura. Recuerdo cierto aire a La Hora del Vampiro, y aunque no me acuerdo de los detalles, sé que la pasé en grande.

Más tarde, como no podía ser de otra manera, me enteré del vínculo entre Peter Straub y Stephen King, y de las novelas que escribieron juntos, y ahora —y sé que esto le pasa a muchos— no puedo pensar en el primero sin relacionarlo con el segundo. Los libros escritos en su coautoría son geniales, y todo seguidor de King le guarda cierto cariño especial y respeto a Straub. Lo malo es que tarde o temprano no puede evitar uno, por más que quiera, ponerlos en una balanza, y comenzar con las comparaciones. Algo parecido a lo que sucede con Joe Hill, y que ya comentara en la entrada dedicada a su antología.

Aparte de las colaboraciones con King, de Straub solo leí otras tres novelas antes de esta: la antes mencionada Fantasmas, La Obsesión de Julia y La Cámara Oscura. Las dos primeras me encantaron, pero la última, aunque al comienzo me resultó interesante y original, al final me defraudó muchísimo.

De modo que esperaba que El Dragón Flotante me quitara ese mal sabor de boca que me había dejado la última novela de Straub, más sabiendo que se trataba de un clásico de los ochenta. En definitiva, esta novela logró quitarme el mal sabor de La Cámara Oscura, pero también me decepcionó en cierta medida.

Peter Straub tiene un estilo más mesurado que el de Stephen King y de otros tantos autores del género. Sabe poner pizcas de misterio sin grandes aspavientos —lo que no significa que King lo haga, aunque a veces sí sea más grandilocuente—, y su prosa seria y fluida logra atraparte con prontitud. El Dragón Flotante comienza un poco enrevesado, soltando detalles que te van generando curiosidad, pero presentándote varios personajes en pocas páginas, en escenas que van adelante y atrás en el tiempo, hasta confundirte un poco. A medida que avanza, la novela empieza a unir los cabos, y el misterio comienza a surgir ya de manera contundente.

No obstante, Straub puede escribir pasajes de extrema tensión, narrar episodios que te mantienen pegado a las páginas, como puede perderse en descripciones tediosas y cavilaciones realmente soporíferas. Fue lo que sentí al leer esta novela, sobre todo en su segunda mitad, que pude leer en apenas tres días aprovechando los días libres de Semana Santa. Lo lamento de veras, porque esperaba más de esta novela. Llenó muchas expectativas que tenía, todo hay que decirlo, y me brindó pasajes verdaderamente espeluznantes que me gustaron mucho, pero me decepcionó en varios aspectos.

La historia está muy bien, brillantemente planteada, y bastante interesante cuando las respuestas a los misterios comienzan a surgir, pero en su segunda mitad los anteriormente mencionados pasajes soporíferos parecieron multiplicarse. Leía unas veinte o treinta páginas atrapantes, y luego decaía en otras tantas lentas y tediosas. La recta final pareció alargarse demasiado y, contrario a lo que esperaba, todo devino en tramos de acción un poco demasiado surrealistas para mi gusto. Normalmente, cuando me voy acercando al final de un libro, meto el acelerador a fondo, y aunque esta vez lo hice no fue precisamente porque estuviera atrapado. Creo que, por desgracia, El Dragón Flotante decae muchísimo en el último cuarto de libro, y lo que en un comienzo pintaba como una gran pieza de horror, terminó siendo algo más irreal de lo que debió ser, con un tramo final que parecía no acabar nunca, y que, debo confesarlo, no veía la hora de terminar…

Puede parecer raro que un seguidor de Stephen King se queje de lo surrealista, pero creo que incluso para el Maestro del Terror el final de El Dragón Flotante habría sido demasiado… A lo mejor si no se alargase tanto podría haber sido mejor…

En todo caso, no todo son aspectos negativos. Hay muchas cosas para rescatar, y debo decir que una escena en particular me puso los pelos de punta y me hizo abrir desmesuradamente los ojos, con mi nariz pegada a las páginas, como hacía muchísimo no lo hacía una novela de terror… Hay cliffhangers importantes, y la historia conserva siempre una tensión latente que no te hace perder el interés. La recomendaría, sí, pero no con insistencia…

Como dato curioso, Straub escribió esta novela mientras King hacía lo propio con It (Eso), una de sus obras más recordadas. Según dicen, ambos intercambiaron los manuscritos en medio del proceso. Sea como fuere, y esto me parece una agradable coincidencia, El Dragón Flotante guarda varias similitudes con la novela de King, la más significativa de las cuales tiene que ver con un periodo cíclico en el cual el pueblo en cuestión es víctima de poderes más allá de su entendimiento…

Para terminar, quisiera advertirle encarecidamente al hipotético lector que, si llega a leer esta novela, y lo hace en la edición del Círculo de Lectores que ilustra esta entrada, no lea la sinopsis. Esta, como muchas de las sinopsis del Círculo de aquellos años, estropea la sorpresa y te cuenta en un resumen de dos solapas casi toda la historia. ;)

Queda esperar a ver qué cae de este grande del terror, cuya obra para mí sigue siendo, en su mayoría, desconocida, y cuyos libros no son nada fáciles de conseguir…



6 comentarios:

Anónimo dijo...

Menos mal ya se me olvidó la sinopsis del Círculo jajaja. Una vez lo iba a comenzar y lo dejé a las pocas páginas. Pura y típica pereza.
Hace rato no leo algo de Straub, y tengo un par de título esperando, como este en particular. "El dragón flotante" lo dejaré para vacaciones, pero para unas más largas y reales, porque a para mí "Semana santa" no es más sino hacer trabajos mientras veo las películas de la Biblia.
Saludos, George. Ya extrañaba alguna reseña literaria tuya.

Raúl Ógar dijo...

Coincido casi al 100% con tu reseña.
Llevo leídos muchos libros de Straub, y te aseguro que eso de soporífero abunda en toda su obra, esa es su manera de escribir, o te gusta o no, no tiene termino medio. Y me cuesta mucho encasillar a este autor como escritor del género del terror, ya que lo único de verdad de terror que leí hasta ahora fue Fantasmas, y ya llevo leídos:
Julia, Si pudieras verme ahora, Fantasmas, La tierra de las sombras, Dragón, El talismán, Bajo Venus, Koko, Mysterio, La garganta (estos tres últimos conforman la llanada trilogía Rosa Azul y son, digamos, detectivescos, de misterio) y Casa negra.
Me gusta mucho Peter Starub, y también lo conocí por ser amante del género y no por King.
Saludos.

doctorlecter dijo...

Quitando los co-escritos con Stephen King, este es de los mejores libros de Straub que he leído. Leí "Bajo Venus", que no me gustó nada, va de infidelidades; y "El círculo diabólico", un thriller de terror psicológico, que en su día me gustó bastante, aunque entonces no sabía aún quién era. En casa aún me esperan "La garganta" y "Koko", dos tochacos detectivescos de 800 páginas y espero que en estos días me llegue "Cuando el cículo se cierra" que no es otros que el de "La obsesión de Julia", uno clásico de fantasmas. De todas formas no descarto volver a leer "Dragón" y recordar lo bueno que tenía el libro.

Anónimo dijo...

La verdad es que solo he leído un libro de Straub, aparte de los que ha escrito con King, y fue Fantasmas. No sé si este puede ser el siguiente que lea suyo, de momento de todas maneras hay muchos autores que quiero leer, pero espero no tardar mucho en leer algo de Straub también.
Me alegro de leerte, Calavera! ;)

Anónimo dijo...

¡Qué gran curiosidad por saber cuál es esa escena de 'El Dragón Flotante' que te puso los pelos de punta!

Wil985 dijo...

La obsesion de Julia fue el primer libro de Straub que leí, me pasó algo curioso porque si bien la historia (y su final) no me gustó nada, la forma de escribir de Straub me encantó! Más lenta y cansina si que la de King, pero con un,estilo que no te deja de atrapar. Me ilusiona leerlo así en un buen libro con una buena historia.

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