Cada
foto encierra una historia…
“Greg piensa que hay algo raro en la cámara
que se encontraron él y sus amigos en una abandonada casa de las afueras de
Pitts Landing.
Las fotografías que toma salen raras, muy
raras… Como aquella en que salió el nuevo automóvil de su papá destrozado,
antes de que este fuera destruido en un accidente.
Pero los amigos de Greg no le creen. Y Shari
lo obliga a traer la cámara el día de su cumpleaños, y a tomar una foto de ella
con el grupo de invitados. Pero Shari no aparece en la fotografía cuando esta
sale de la cámara. ¿Será que Shari desaparece de la foto para siempre? ¿Cuál
será la siguiente víctima de la cámara malvada?”
Siete meses
han pasado desde la última “escalofriante” lectura. :) Y teniendo en cuenta que
el año pasado leí tres y que este año llevo uno —el cuarto—, y que aún queda
más de medio año por delante, eso apunta a un ritmo de tres tomos por año. Y si
la colección consta de 45 números —al menos la publicada por Norma—, todo
indica que tardaría quince años en leerlos todos… :o
Nota mental...:
Aumentar el ritmo de lecturas de Stine si quiero terminar de leerlos antes… XD
En todo
caso, y haciendo aparte estas “elucubraciones”, esta nueva lectura ha estado tan
amena como las anteriores. El misterio de la cámara que parece tomar fotos “proféticas”
—o que provoca eventos desafortunados— te engancha desde el principio. A mí
particularmente me ha recordado mucho a un relato de Stephen King: El Perro de la Polaroid, reseñado hace
un tiempo en este blog. En la novela corta del escritor de Maine, la Polaroid
toma extrañas instantáneas de un mismo lugar que no existe en la realidad del
relato, sea cual sea el objeto o sitio que se trate de fotografiar. Con el
tiempo, el protagonista descubre que en realidad no siempre es la misma foto. O
bueno, sí lo es, pero esta comienza a cambiar con cada toma…
En el relato
de Stine, Greg toma fotos que salen con algunos cambios, como cuando fotografía
a un amigo
sonriente que en la foto aparece con un terrible gesto de dolor.
Toma tras toma, el protagonista comienza a descubrir el funcionamiento de la
misteriosa cámara y las graves consecuencias que su uso puede conllevar…
Las páginas vuelan,
y aunque pronostique uno la lectura de veinte o treinta, al final terminar uno
leyéndose el doble, y conforme se acerca uno al final definitivamente no puede
parar hasta descubrir cómo termina todo, cuál es la explicación del misterio —a
pesar de que al comienzo uno no puede evitar preguntarse si no debería estar
leyendo otra cosa y si el libro de turno no resultará soso—. Stine sabe manejar
sus hilos, y por muy “infantil” que pueda sonar su prosa a veces, al terminar
te tienes que tragar tus palabras y admitir que ata sus historias muy bien, de
una manera muy amena y entretenida, siempre con su particular estilo. :)
Y otra cosa,
el infaltable cliffhanger del final
que lo deja a uno :O … GENIAL! :P
Muy
recomendable! ;)
Próximamente:
Escalofríos Nº 5, La Maldición de la Momia
;)