“Luciano Wernicke ha reunido en este libro
sorprendente las curiosidades más divertidas e increíbles ocurridas durante las
primeras dieciocho ediciones de la Copa del Mundo de Fútbol. Anécdotas
hilarantes, récords y apasionadas hazañas que muestran el costado humano del
“más popular de los deportes”.
Algunos de los relatos están relacionados
con circunstancias imprevistas en el campo de juego, las tribunas o las
concentraciones; otros cuentan hechos situados un poco más lejos de los
estadios, para ayudar a comprender el contexto histórico en el que se
desenvolvió cada torneo. Historias insólitas de los Mundiales de Fútbol realiza un recorrido por cada una de las
etapas mundialistas a través de los choques inolvidables, las figuras, los
récords.
¿Es casualidad que hasta que el ojo de la
televisión color “en vivo y en directo” cubrió todo el planeta la mitad de los
campeonatos fue ganada por países anfitriones, y en otros dos torneos los
dueños de casa llegaron cómodamente a la final? El fútbol de la Copa se detuvo
entre 1939 y 1950 a causa de la Segunda Guerra Mundial, lógicamente; sin
embargo la pelota y sus auspiciantes siguieron rodando en medio de otros
conflictos también terribles, como la “Guerra de Malvinas”. Dos naciones que se
desangraban en una punta del planeta estuvieron muy cerca de intercambiar
banales pelotazos en una cancha “neutral”. Desde España 1982 en adelante, sólo
una escuadra, Francia en 1998, alzó el trofeo de oro en su casa. A lo largo de
los Mundiales, varios jugadores se negaron a abandonar la cancha a pesar de
tener un hueso fracturado. Un talentoso mosquetero puso la belleza por sobre el
resultado al “picar” un penal en una final, y al honor sobre la trampa al
cabecear a un desleal rival lenguaraz. Un delantero prefirió morir a servir a
la propaganda nazi, otro siguió jugando tras sufrir un infarto en pleno partido
y un zaguero fue asesinado por defender su honestidad luego de haber cometido
el pecado de marcar un gol en contra.
Un libro delicioso que nos divierte con
historias que revelan aspectos desconocidos del gran evento que cada cuatro
años tiene en vilo al mundo.”
Luciano
Wernicke nació en 1969 en Buenos Aires, Argentina. Licenciado en Periodismo, actualmente
trabaja en la Agencia Diarios y Noticias (DyN) y colabora con las revistas El
Gráfico y Un Caño. Durante más de quince años fue profesor de Periodismo en el
Círculo de Periodistas Deportivos, tarea que también desempeñó en la
Universidad Argentina de la Empresa (UADE).
Luciano Wernicke |
Ha publicado
Curiosidades futboleras (1996), Curiosidades futboleras 2 (1997), Fútbol increíble (2001) (los tres
ilustrados por Roberto Fontanarrosa), Nuevas
curiosidades futboleras (2008), Historias
insólitas de los Mundiales de Fútbol (2010) e Historias insólitas de los Juegos Olímpicos (2013).
Hace poco,
en una entrada anterior, les contaba que mes y medio atrás resulté ganador de
un concurso en la página de Facebook de Círculo de Lectores Colombia, y entre
los libros que elegí me llegó este del argentino Luciano Wernicke que desde un
comienzo me llamó la atención al verlo en el catálogo: Historias Insólitas de los Mundiales de Fútbol.
Aunque me
gusta el fútbol y soy hincha ferviente del Atlético Nacional de la ciudad de
Medellín, confieso que no sigo muy de cerca el desarrollo de cada partido, y solo observo por televisión los partidos más trascendentales del campeonato. También me gusta el deporte en general (especialmente el baloncesto además del fútbol), pero solo el certamen que cada cuatro años paraliza el mundo me apasiona profundamente. Los Mundiales de Fútbol siempre han ejercido en mí una fascinación muy grande, y sigo de cerca cada detalle de su desarrollo. Me veo completos cuantos partidos puedo y cada noche los respectivos resúmenes de la jornada. Aunque los Juegos Olímpicos es la fiesta del deporte por excelencia (nada más la última edición realizada en Londres contó con una histórica actuación para nuestro país), soy de la opinión de que los Campeonatos Mundiales no tienen
igual.
El primer
recuerdo que tengo es la fabulosa participación de Colombia en el Mundial de
Italia 1990, donde la selección nacional consiguió su pase a Octavos de Final
en un infartante partido con Alemania, que a la postre sería campeón (también
fue la primera vez en que llené un álbum de láminas del Mundial :) ). Cada vez
que veo el video no puedo evitar emocionarme y que se me erice la piel. Se
jugaba el último partido del grupo y Colombia clasificaba a la siguiente fase
con un empate en calidad de mejor tercero. El partido estaba 0-0 a pocos
minutos del final, y todo el pueblo ya festejaba la clasificación. Y entonces,
en el minuto 88 Pierre Littbarski marcó para los germanos. A través de la
narración de los comentaristas se puede vislumbrar la desilusión y la tristeza
de un país que soñaba con llegar a la siguiente instancia:
Entonces se
hizo milagro. Corría el segundo minuto de adición. Era el último suspiro del
partido cuando, luego de un infructuoso ataque alemán, Colombia comienza una
jugada desde su propio campo. Tras varios toques entre Leonel Álvarez, Luis
Alfonso “El Bendito” Fajardo, Freddy Rincón y Carlos “El Pibe” Valderrama, este
último lanza un pase de fondo para Rincón que, mano a mano con el arquero
alemán, lanza el balón por entre las piernas del guardameta. Corrían 92 minutos
con 12 segundos del encuentro cuando se infló la red, y Colombia logró la gran
hazaña… :’)
Cuatro años
más tarde, con doce años, y mientras el mundial de Estados Unidos 1994 se
acercaba, comencé a coleccionar unos fascículos que salían en el diario local El
Colombiano y que recogían en cada número multitud de datos sobre la historia de
los Mundiales, las participaciones de Colombia tanto en la máxima cita orbital
(que hasta ese momento eran solo dos) como en las Eliminatorias, así como
artículos sobre los equipos, las sedes y las figuras del Mundial que se
avecinaba.
Recuerdo que me devoré cada fascículo con avidez, y a esa temprana edad ya me sabía de memoria multitud de datos sobre los certámenes: sedes, campeones, subcampeones, goleadores, curiosidades, récords, entre otros. También en esta ocasión llené un álbum de láminas, que lastimosamente, al igual que el anterior, quedó con unas cuarenta faltantes.
Finalizado el Mundial, el diario terminó la publicación con una portada dedicada al tetracampeón, con la que yo mismo me encargué de encuadernar los fascículos. |
Recuerdo que me devoré cada fascículo con avidez, y a esa temprana edad ya me sabía de memoria multitud de datos sobre los certámenes: sedes, campeones, subcampeones, goleadores, curiosidades, récords, entre otros. También en esta ocasión llené un álbum de láminas, que lastimosamente, al igual que el anterior, quedó con unas cuarenta faltantes.
Andrés Escobar (1967 - 1994) |
Más tarde
vendrían las tres ausencias consecutivas de Colombia en los Mundiales (para mí
Corea-Japón 2002 pasó sin pena ni gloria, tanto por la desilusión de no
clasificar como por los complicados horarios), no obstante lo cual la pasión
por este certamen siguió intacta…
Este fervor
se ha visto nuevamente fortalecido tras la clasificación de Colombia después
dieciséis años de ausencia. Más aún ahora que, gracias a su sólido rendimiento
en el último par de años, ha quedado elegida como una de las ocho cabezas de
grupo de Brasil 2014. La expectativa es mucha, y las ganas de que empiece a
rodar el balón el próximo 12 de junio son altísimas.
En este
contexto, donde además la pasión por completar los álbumes de los Mundiales se
ha visto avivada, el libro de Luciano Wernicke ha resultado ser un regalo
doblemente interesante y enriquecedor. Esta semana comencé a leerlo, y me
enganchó de tal manera que lo leí en poquísimo tiempo (el sábado, por ejemplo,
me leí 130 de las 260 páginas).
Comenzando
con una breve prehistoria del fútbol, Wernicke pasa a hacer un recorrido
exhaustivo por cada Mundial desde Uruguay 1930 hasta Alemania 2006, narrando
con un estilo ameno y esmerado, además de algunos detalles sobre el contexto
histórico de cada certamen, los hechos más curiosos e insólitos que acaecieron
en cada uno, tanto dentro como fuera de la cancha. Ya en la sinopsis que
encabeza esta reseña se pueden apreciar unas cuantas curiosidades, pero en
verdad solo es un mínimo atisbo de lo que contiene el libro.
Lo que me he
reído y sorprendido con los cientos de casos insólitos ha sido mucho. Realmente
hay que tener el libro en las manos (y ser un apasionado del deporte, desde
luego) para apreciar de verdad lo sumamente interesante y amena que es su
lectura. Toda esa multitud de relatos, sumado a los conocimientos que ya tenía
de antes sobre los Mundiales, hace que se aten gran cantidad de cabos, y que se
vea bajo una nueva luz muchos hechos memorables y legendarios.
En Chile 1962,
el primer Mundial en que Colombia tuvo la fortuna de participar, la selección
jugó tres partidos: el primero lo perdió con Uruguay por 2 a 1, el segundo con
Yugoslavia 5 a 0, y el tercero resultó ser un "heroico" empate con
Rusia 4 a 4 que pasaría a la historia. A los 11 minutos Colombia ya iba
perdiendo por 3 a 0, y a los 10 del segundo tiempo, perdían 4 a 1. Todo
indicaba que sería una derrota aplastante, pero entonces los colombianos parecieron
ponerse las pilas y fueron con toda… Tanto así que faltando 4 minutos para el
pitazo final, tras una remontada increíble, lograron empatar 4-4. Uno de esos
goles fue justamente el primer y único gol olímpico de la historia de los
Mundiales, anotado por Marcos Coll. :D
Aunque
quedamos eliminados, todo el mundo felicitó a Colombia por ese partidazo que
jugó ante los rusos. Estos tenían en la camiseta la sigla CCCP, que en su
idioma significa “Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas”. Pero después del
partido, varios diarios de Latinoamérica anunciaron de manera hilarante que lo
que significaba era en realidad: "Con Colombia Casi Perdimos". :D
Buscando un
poco en la web, encontré este impresionante video del acontecimiento:
Luego de verlo me llamó gratamente la atención el comentario de un usuario de nacionalidad chilena:
«Hoy que han pasado casi 50 años de aquel
mundial, cuando converso con gente mayor que vivió aquí en Chile el mundial de
1962, todos recuerdan dos cosas: los triunfos de Chile y la hazaña colombiana…
Incluso algunos de mucha edad me dicen: "Pero si Colombia también le ganó
a Rusia…" Tan grande fue el impacto de lo que hizo Colombia que en Chile
no lo pudieron olvidar más… tampoco al Caimán Sánchez, al Maravilla Gamboa y a
Coll. (…) Toda Arica apoyaba a Colombia como se puede ver en el video;
celebraban los goles como si fueran de Chile. No sólo eso sino que en todo
Chile se celebró la hazaña colombiana como un auténtico triunfo. Colombia nos
robó el corazón.»
Lev Yashin |
Como dije,
esta es solo una muestra de la deliciosa lectura que es el libro de Luciano
Wernicke, una joya que no puede faltar en la colección de ningún fanático del
fútbol, y menos aún en la de ningún afiebrado de los Mundiales de Fútbol. ;)
La verdad es
que he quedado con ganas de hincarle el diente a otras de sus obras, de las que
me llama especialmente la atención el hermano del libro que he tratado en esta
entrada: Historias Insólitas de los
Juegos Olímpicos.
FIEBRE MUNDIALISTA
Esta
entrada, además de ser la reseña del libro de Wernicke, curiosamente ha
resultado ser una válvula de escape para muchas cosas que he querido expresar
en los últimos meses en forma de entrada en el Blog, y que por diversas razones
no había hecho. Llevaba un buen tiempo pensando en escribir algo sobre la
pasión que en mí ejercen los Mundiales de Fútbol, algo que, como decía más
arriba, se ha visto avivado en los últimos meses por la clasificación de
Colombia y por una fiebre extra que parece haber regresado con fuerza este año:
los álbumes de láminas. :)
Esta es mi colección hasta el momento. :) |
Me ha
resultado curioso que mientras escribía esta entrada me descubrí expresando
muchas de las cosas que pensaba incluir en una entrada que ya visualizaba en mi
mente con el título de “Fiebre Mundialista”, de modo que luego de pensarlo un
poco decidí hacer dos entradas en una e incluir todo lo que quería compartir,
tanto por lo antes mencionado como por la reseña en sí misma, en una sola
publicación.
Así las
cosas, realmente ya he dicho gran parte de lo que quería en la reseña como tal,
por lo que solo me queda rematar esta entrada con algo que redondea toda esta
pasión: los álbumes. :)
Como contaba
más arriba, desde la edición de 1990 comencé a llenar los álbumes de láminas.
Desde pequeño fue algo que siempre me entusiasmó, aunque cuando llegó el
momento de llenar el álbum de Italia 1990 hube de conformarme con una edición
diferente a la que mundialmente se reconoce como la mejor: la de Editorial Panini.
No obstante, se trató de otra edición italiana muy buena:
Cuatro años más tarde, hice lo propio con una edición de Editorial Navarrete, que en Colombia comercializó Bavaria:
Y de igual
forma en Francia 1998 (aunque este último quedó casi penosamente vacío):
En Alemania
2006 volví a las andanzas con otra edición hermosa de Navarrete, que esta vez sí
completé. Como en esa época ya me hallaba trabajando, recuerdo que me di gusto
comprando sobres de láminas a manos llenas de bolsillo mío (en anteriores
ediciones dependía de mi madre). :P He aquí la edición, el primer álbum que
pude llenar por completo:
Aunque
también me compré uno de Panini (que siempre ha sido el más costoso), con
algunas láminas para guardar de recuerdo:
En Sudáfrica
2010 me di el lujo de llenar el de Panini, que también quedó completo,
incluyendo unas láminas especiales de Coca-Cola que venían al final:
En esa
ocasión cumplí un sueño que siempre tuve de niño: en esos años, con escasas
monedas en los bolsillos, mis amigos y yo mirábamos cómo el dependiente que nos
vendía los sobres de láminas de los dibujos animados de turno (Caballeros del
Zodiaco, Dragon Ball, Supercampeones, entre otros) sacaba de algún lugar
especial cajas repletas de sobres, y siempre nos preguntábamos lo que sería
tener una de esas completas, con sus cien sobres, para nosotros solos y
destapar y destapar hasta llenar nuestros álbumes. En Sudáfrica 2010 cumplí ese
sueño, y como un mocoso de doce años me di gusto con mi caja completa de cien
sobres, destapando por más de una hora y disfrutando del momento.
En algunas
cosas, siempre seremos niños… :)
Entonces,
este año, algo curioso pasó: Panini lanzó un álbum de Camino al Mundial Brasil
2014, y varias aficiones parecieron mezclarse en mi cabeza. Por una parte, el
gusto por el tema del que trata esta entrada, por otro lado lo mucho que me ha
gustado desde pequeño llenar álbumes, y esto sumado a mi vena coleccionista (sobre
todo en cuanto a la literatura se refiere) ha hecho que desee completar mi
colección de álbumes de los Campeonatos Mundiales de Fútbol.
De modo que
el Road To Brazil, que ya llené, fue solo el comienzo:
Más tarde,
pude conseguir algunos de los mundiales que me faltaban, el mejor de los cuales
sea quizá este de España 1982, que a pesar de carecer de portada (aunque tengo
una impresa en alta calidad que aún no le he acondicionado), está lleno y en un
estado general impecable:
También
llegaron luego este de Francia 1998, al que le estoy consiguiendo las pocas
láminas que le faltaban:
Y este de
Corea-Japón 2002, que aunque está lleno, a decir verdad está en muy mal estado,
por lo que quiero reemplazarlo por uno mejor próximamente:
Estos últimos
los conseguí en las cercanías de las librerías de segunda mano de Medellín (España
1982 y Francia 1998) y en Mercado Libre (Corea-Japón 2002), y en una página de
Facebook he conocido personas serias y aficionadas a esta pasión que me han ido
ayudando a llenar algunos.
La verdad, no
es lo mismo comprar un álbum lleno que llenarlo uno mismo poco a poco, pero a
esta altura poco más se puede hacer. Aún quiero conseguir otros (me atrae mucho
ahora el de México 1986), porque como sucede con el coleccionismo, como dice un
gran amigo, «esto es un camino solo de ida». En lo personal, pienso que estos
álbumes son verdaderos documentos históricos que con el correr de los años
adquieren más valor. Por poner un ejemplo, es algo que no tiene precio ver las
láminas de jugadores míticos como Michel Platini o Dino Zoff, o ver las de los
legendarios Mario Alberto Kempes y Diego Armando Maradona en una sola página en
el álbum de España 1982 (un álbum que tiene 31 años):
Como dato
interesante, la gran editorial Panini comenzó la edición de los álbumes de los
mundiales en 1970, con el Mundial celebrado en México, y lo siguió haciendo
continuamente cada cuatro años. Los álbumes de Copas como las de Alemania 1974
o Argentina 1978 son verdaderas reliquias bastante cotizadas, que se pueden
vender hasta por un millón de pesos colombianos (algo así como 500 dólares). En
1998, meses antes del Mundial de Francia, Panini editó un álbum especial
titulado World Cup Story (Historia de los Mundiales de Fútbol), que compendiaba
todos los certámenes celebrados hasta entonces, reproduciendo formaciones,
escudos y afiches de los primeros ochos torneos, y luego las alineaciones
completas de campeones y subcampeones a partir de México 1970 hasta Estados
Unidos 1994.
Yo tuve la
suerte de conseguirlo en aquella época, y de contar con la ayuda de mi mamá
para llenarlo. Por eso lo he dejado de último, porque tiene un especial
significado para mí, y es uno de los más valiosos de mi colección. Lo curioso
es que nunca lo pude llenar. Me quedaron faltando apenas siete láminas.
Entonces, en
el grupo de Facebook que les contaba, al que pueden pedir ser admitidos en el
siguiente link (Panini Fútbol Colombia), conocí a varios coleccionistas, entre
ellos un bogotano que, increíblemente, y con una buena fe de la que todavía estoy
agradecido, me consiguió las láminas que me faltaban luego de haber comprado
unas cajas llenas de sobres por internet. Todavía me cuesta creer que, después
de quince años, lograra llenar este valioso álbum, que ahora se ha convertido
para mí en un verdadero tesoro… :)
Ahora la
ansiedad por el comienzo de la vigésima Copa del Mundo, Brasil 2014, crece a
pasos agigantados, más ahora que nuestra selección va a regresar después de 16
años. Las ganas de comenzar a llenar el álbum, en el cual volveremos a ver
laminitas de nuestros jugadores, es inmensa. :) Los sueños por mejorar la
actuación realizada en Italia 1990 son más grandes que nunca…
Mientras
tanto, para aliviar la espera, seguiré tratando de completar la colección. Y
mientras llega la anhelada fecha en que veamos el debut de Colombia, hace varias
semanas diseñé un contador que he ubicado en la parte superior derecha del
blog, donde aparecen los días que faltan para que comience la cita orbital que
pone al mundo a contener el aliento durante un mes…
Según el
contador (que si lo quieres tener en tu blog o en tu página web basta con
escribirme), quedan 213 días… ;)
Un saludo a
tod@s, y espero que les haya gustado la entrada.
;)
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola, Juan!
ResponderEliminarAnte todo, muchas gracias por pasar y comentar. Me alegra mucho que el Blog haya sido de tu agrado! ;)
Te dejo el link del libro en la página del Círculo de lectores Colombia: http://www.circulodelectores.com.co/detalle_libro/429
Allí veo que aún sigue disponible. De lo contrario, podés averiguar en la Librería Nacional o en la Librería Científica. Y supongo que también en Ebay, Amazon o en páginas similares se puede conseguir.
Mucha suerte!!
Saludos!