lunes, 14 de octubre de 2013

Joyland, de Stephen King

“Verano de 1973. Carolina del Norte. Devin Jones entra a trabajar en Joyland, un singular parque de atracciones local. La leyenda de un terrible asesinato cometido en la Casa Embrujada del parque, la pérdida de su virginidad y unos meses plagados de misterio, aventura y grandes descubrimientos cambiarán su vida para siempre.

«Joyland es un libro impresionante, bello, desgarrador. Tiene misterio, tiene atracciones, es una historia sobre madurar y hacerse mayor, y sobre aquellos que no pueden hacer ninguna de las dos cosas porque la muerte viene a por ellos antes de hora. Hasta los lectores más insensibles se emocionarán.» Charles Ardai.”

Una vez más, Stephen King le ha cedido los derechos de publicación de una obra suya a la editorial Hard Case Crime, un sello especializado en novela negra y en la cual publicara hace casi una década su novela corta Colorado Kid. Y no es casualidad que lo haga, no solo porque la novela tenga una gran dosis del género, con investigaciones y un crimen sin resolver como parte importante del argumento, sino también porque el escritor de Maine ha manifestado abiertamente su simpatía y agradecimiento para con este tipo de publicaciones pulp, término que podríamos “traducir” como literatura popular. Fue con estos libros encuadernados en rústica, que publicaban lo que los puristas apenas se dignaban mirar por encima del hombro, con los que King creció y con los que enriqueció su bagaje en el género por el que es más conocido.

Devin Jones es un joven de veintiún años que viene de sufrir su primera y dolorosa ruptura amorosa, y que encuentra en la oferta de trabajo de un pequeño parque de atracciones una posible válvula de escape para hacer un borrón y cuenta nueva en su vida.

Instalado en una habitación arrendada de una pensión en las cercanías de Joyland, Jones vivirá un verano lleno de emociones inesperadas, que él mismo definirá desde un comienzo como el mejor y el peor de su existencia, mientras trata de hallar un camino, un nuevo horizonte en su vida que le permita encontrarse a sí mismo y reconciliarse con todo aquello que le afecta emocionalmente.

En Joyland, y en la pequeña ciudad de Heaven’s Bay, encontrará todo eso, y mucho más. Tal vez más de lo que quisiera haber encontrado…




En la literatura fantástica y de terror, las ferias y los parques de atracciones siempre han ejercido un magnetismo y una curiosidad especiales. Esa mezcla de misterio y diversión, de risas y sustos, da pie a muchas posibilidades. La Feria de las Tinieblas, del gran Ray Bradbury, es una clara muestra de ello. Aunque King ya se había adentrado un poco en este mundo con fragmentos de novelas como La Zona Muerta, Corazones en la Atlántida, o con relatos como La Noche del Tigre, nunca, que yo recuerde, había explorado este terreno a fondo. Y en Joyland ha puesto de todo: elementos fantásticos y de terror por una parte, y también elementos policiacos y de investigación por otra. Y complementando todo esto, la historia de crecimiento personal del propio Devin Jones, que, tal como ha hecho King en otras ocasiones (El Cuerpo, La Milla Verde, por ejemplo), nos es narrada cuando el protagonista se encuentra ya en la ancianidad o la adultez, y donde lo ve todo desde una nostálgica retrospectiva.

Personalmente me ha parecido una novela magnífica. Misteriosa, atrapante, amena y entrañable. Posee ese toque especial del que hacen gala las historias de Stephen King narradas en primera persona, y aunque hay un crimen terrible y una historia dolorosa de por medio, también hay momentos maravillosos y fragmentos profundos que quedan en la memoria una vez cerrado el libro.

Las escasas trescientas páginas se me fueron en una exhalación. Lo había comenzado la semana pasada,
leyendo poco a poco, pero ayer, luego de llegar a la mitad, simplemente no pude parar hasta terminar las últimas 160 páginas.

King lo ha hecho de nuevo. Para mí una novela de diez puntos, quizá solo menguados por un momento que esperamos mucho y que cerca del final sucede de una forma totalmente imprevista y un poco fugaz.

Para terminar, agradecer de nuevo a mi novia por el maravilloso regalo. :) La edición en tapa dura, que en Colombia fue reemplazada por una simplona edición en rústica, es espectacular. No solo tiene su sobrecubierta, sino que además la pasta dura interior también es impresa. :D

Una edición hermosa que no esperé tener. Desde aquí, una vez más GRACIAS, amor! :)

Como dato curioso, y cito la editorial del Nº 186 de la revista digital Insomnia: “En sus inicios como escritor, Stephen King había comenzado a trabajar en una novela titulada Darkshine, acerca de un niño con poderes psíquicos atrapado en un parque de atracciones. Luego quedó inconclusa, pero la idea central sirvió de base para The Shining (El Resplandor). Pero algunos de los conceptos de aquel viejo texto permanecieron en la mente de King, hasta que afloraron ahora.”

En Estados Unidos la novela se publicó en edición regular y en varias ediciones limitadas, con un arte de tapa diferente, y con un curioso mapa de Joyland en el respaldo:




En castellano vio la luz el mismo mes de su publicación en Estados Unidos, un significativo hecho para resaltar, y que demuestra la importancia que se le está dando al autor por parte de la editorial que posee los derechos en nuestro idioma, y que además ha editado Joyland bajo el nuevo sello “Random”, con un bonito formato a medio camino entre el sello DeBolsillo y el de Plaza & Janés.





En definitiva, una pieza literaria, tanto en forma como en contenido, que no defrauda en lo más mínimo. 

:)



1 comentario:

Sonix dijo...

Coincido contigo, a mí me encantó esta novela!
Y la verdad es que casi es de lo que más me ha gustado en los últimos años, me gustan más estas historias sencillas y sin pretensiones que otras más complicadas, en las que opino que King acaba cayendo en sus propios tópicos, o alargándolas en exceso.

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