Con Todo Oscuro, Sin Estrellas, Stephen King nos ofrece por tercera vez en su carrera un cuarteto de novelas cortas (o mejor tres novelas cortas y un relato, en este caso), como ya hiciera en 1982 con Las Cuatro Estaciones y en 1990 con Las Cuatro Después de Medianoche. Se trata, para delicia de los fanáticos del autor de Maine, de un plato sumamente apetitoso y poco frecuente. Y es que en sus novelas cortas King parece compendiar lo mejor de su talento: una mezcla de la magia, rapidez y efectividad de sus relatos cortos con la profundidad y la fuerza de sus novelas más largas.
Todo Oscuro, Sin Estrellas es una compilación magistral que corrobora justamente el hecho de que el Maestro del Terror se mueve como pez en el agua en este formato. Historias lo suficientemente largas como para sumergirnos en ellas y sentir empatía con los personajes, pero también lo suficientemente cortas como para no irse por las ramas ni correr el riesgo de resultar aburridas o lentas…
1922: Wilfred y Arlette tienen una granja en Nebraska, una granja muy modesta donde sobreviven y poco más. Para él la tierra es toda su vida y para ella, un suplicio. Así que cuando Arlette recibe un terreno en herencia, anuncia que lo va a vender y abrir una tienda en la ciudad. Wilfred no puede ni contemplar esta posibilidad y junto con su hijo planea lo que acabará siendo su perdición…
Titulada como el año en que acaecen los principales hechos de la historia, 1922 abre de manera contundente esta antología. En lo personal, pienso que algunas de las mejores letras del Maestro del Terror surgen en las historias narradas en primera persona. Rita Hayworth y la Redención de Shawshank, El Cuerpo, Dolores Claiborne, La Milla Verde, Un Saco de Huesos y Duma Key dan indiscutible fe de ello. 1922 trae nuevamente una historia en primera persona, esta vez una confesión, que desde la primera página te atrapa con su prosa amena, sincera e inquietante.
No hay duda de que es mi favorito. Las páginas vuelan sin que apenas te des cuenta y las sorpresas no se hacen esperar. King pinta el Nebraska de los años 20 de manera tan perfecta que casi puedes sentir el olor de los maizales y las nubes de polvo de los caminos, y tiene pasajes tan aterradores que recuerdan su primer periodo como novelista. El final es de lo mejor que le he leído y al hacerlo no puedes evitar rememorar finales similares escritos por un autor de quien King es uno de sus más dignos herederos. ;)
Camionero Grande: Tess es escritora de una serie de novelas de intriga protagonizadas por un club de mujeres que se reúnen para hacer punto. Una tarde, después de participar en un club de lectura, la presidente, Ramona Norville, le recomienda un atajo para llegar a su casa. Mientras conduce por esta carretera se pinchan las ruedas de su auto. En aquel mismo momento aparece un hombre de tamaño gigantesco conduciendo una furgoneta y se ofrece encantado a ayudarle…
Camionero Grande es una historia dura. En realidad las cuatro historias de Todo Oscuro, Sin Estrellas lo son, pero esta tiene quizá uno de los pasajes más brutales y perturbadores. Y asimismo es un relato demencialmente atrapante. Las páginas corren, deparando sorpresas y conduciendo a una confrontación final que no podrás postergar por más que lo desees.
Esta es una historia de venganza y autoaceptación, y aunque muchas partes me resultaron traídas de los pelos y poco creíbles, disfruté un montón su lectura y ocupa un reñido tercer puesto en este particular podio. Sufrí con Tess, la alenté, y la acompañé en toda su aventura como si estuviese a su lado. Una vez más una prosa amena como ninguna, y presentes algunas de las características más conocidas de la obra del Maestro (Tom, Fritzy…). :)
Una Extensión Justa: Streeter tiene cáncer y pocas posibilidades de superarlo. Un día en un puesto de venta ambulante empieza a hablar con George Alobid, quien le ofrece “una extensión”: puede ser de pelo, de visión, de pene o, en su caso, de vida. Streeter acepta. Pero todo tiene un precio…
Aunque he leído muy buenas críticas de este relato, el más corto de la antología, y a pesar de que el final es bastante sorpresivo, efectivo y da pie para muchas consideraciones, en realidad se me antojó el más flojo de todos. Tal vez por su brevedad, tal vez precisamente por su final, no lo disfruté tanto como los demás y me supo a poco luego de terminarlo.
Se lee en una hora y es bastante ágil, pero creo que desentona un poco en medio de las tres novelas cortas. No obstante, no deja de ser un relato ameno e interesante, y el apellido de George recuerda las características del apellido de cierto hombre que se apareció una tarde en la pequeña isla de Little Tall… :P
Un Buen Matrimonio: Darcy y Bob llevan 25 años casados. ¿Son felices? Más o menos. Llevan una vida tranquila, algo aburrida, tienen dos hijas ya independizadas y ningún problema grave. Bob es contable y, además, junto con Darcy lleva un pequeño negocio de numismática. No ocurre nunca nada interesante o diferente hasta que un día, cuando Bob está fuera en uno de sus viajes, Darcy tiene que buscar un recambio de fusible en el garaje y descubre una caja que su marido había escondido…
Un broche perfecto para un libro genial. Ocupa el segundo puesto en mi podio personal de Todo Oscuro, Sin Estrellas. Adjetivar y elogiar esta historia solo haría que me repita una vez más en lo ya expuesto.
Las sorpresas, la prosa amena y atrapante, los personajes perfectamente retratados. Esta historia tiene de todo y cierra el libro dejándote con un buen sabor de boca. Si mal no recuerdo, esta historia la leí en una sola tarde en la que estuve sumergido por completo, muerto de curiosidad por saber cómo terminaba todo… :D
En conclusión, King lo hizo de nuevo. Como él mismo dice en el epílogo que nos regala al final del libro, las cuatro historias son duras, relatos oscuros y sin estrellas, aunque en este caso se trate más de la oscuridad del alma humana que de los lugares tenebrosos a los que nos tiene acostumbrados. King dice que para él no fue fácil escribir estas historias y que espera que para nosotros no sea fácil leerlas. Hay en ellas demasiadas verdades humanas (no precisamente buenas) como para que nos quedemos indiferentes. Y en realidad así es: hay pasajes en los que te estremeces, en los que sientes cierta incomodidad…