viernes, 14 de noviembre de 2014

Dune, de Frank Herbert (Historia, análisis y cronología)




Entre finales de 1963 y principios de 1964, serializada en los números de diciembre y enero de la revista de ciencia ficción Astounding Stories, aparecía una novela de un autor no muy conocido cuyo título tampoco era excesivamente prometedor: Dune World (Mundo de Dunas). Sin embargo, su acogida por parte de los lectores fue tan calurosa que animó a su autor a seguir escribiendo la segunda parte de lo que en un principio había proyectado como una tetralogía. The Prophet of Dune (El Profeta de Dune) apareció en la misma revista, serializada en cinco partes, de enero a mayo de 1965. Poco después, las dos partes aparecerían en forma de libro aquel mismo año, reunidas en un solo volumen, bajo el título común de Dune, reduciendo la prevista tetralogía a trilogía.

Acababa de nacer un mito.

Frank Herbert
Frank Herbert apenas era conocido en los círculos iniciáticos de la ciencia ficción. Desde temprana edad se interesó por la escritura, pero en su juventud se dedicó a los oficios más diversos, desde fotógrafo y camarógrafo de TV a presentador de radio, y desde pescador de ostras a analista. No obstante, su pasión era escribir. Comenzó a hacerlo desde los ocho años, y a los veinte ya había publicado sus primeros relatos de aventuras en revistas como Esquire y Startling Stories. En 1956, a la edad de 36 años, apareció su primera novela, The Dragon In The Sea (El Dragón en el Mar), también conocida más tarde como "Under Pressure" (Bajo Presión): un thriller de ciencia ficción mezclado con complejas especulaciones psicológicas, que se desarrollaba en un submarino en plena misión durante una guerra futura.

Pero fue 1965 el año del descubrimiento de Frank Herbert. El mundo entero se maravilló ante la novela que, por primera vez, planteaba de forma completa, racional y convincente, la ecología de todo un mundo completamente distinto al nuestro. Dune obtuvo un éxito fulminante de público y crítica, hasta el punto de obtener los dos principales y más prestigiosos galardones otorgados a novelas de ciencia ficción, los premios Hugo y Nébula, así como el Premio Internacional de Fantasía, que compartiría con otro gran clásico: "Lord of the Flies" (El Señor de las Moscas) de William Golding.

A la maravillosa primera novela, Dune, le siguió El Mesías de Dune, la cual no fue tan bien recibida como la primera, considerada como una pobre sombra de su predecesora por apartarse de la temática de la misma, centrándose más en la religión y la política. No obstante, la tercera novela, Hijos de Dune, retomó la fuerza, atractivo y tono épico de Dune, siendo catalogada por muchos como una novela igual o superior a la primera entrega.

Hasta aquí se cerraba un ciclo en la historia, tal y como lo tenía proyectado el autor, pero los editores no cejaron en su empeño hasta conseguir que Frank Herbert se decidiera a retomar la historia y escribiera una cuarta entrega de su aclamada obra. Lo que Frank Herbert tal vez no llegó a pronosticar fue que su obra terminaría comprendiendo más de una docena de libros (entre los escritos por él y los escritos por su hijo Brian en coautoría con Kevin J. Anderson), y que con el tiempo llegaría a ser considerada como la obra cumbre de la ciencia ficción.




Frank Herbert escribió una veintena de novelas a lo largo de su carrera, pero no hay ninguna duda de que las pertenecientes a la mítica saga del planeta de arena son las más importantes, y por las que es y será recordado en los anales de la literatura.

Dune es un planeta desértico, originalmente llamado Arrakis, sin un solo mar o laguna, donde el agua es el bien más preciado, hasta el punto que llorar un muerto es una muestra de la mayor prodigalidad. Dada la particularidad del planeta, en Dune han evolucionado unas criaturas únicas: los gusanos de arena, unas gigantescas criaturas que alcanzan hasta los trescientos metros de largo, y que viven en las profundidades del desierto. Estas criaturas producen una especia llamada melange, uno de los bienes más codiciados del universo debido, entre otras cosas, a sus propiedades geriátricas, lo que convierte al planeta en centro neurálgico de la galaxia.

Primera edición de Dune
El imperio galáctico está regido por varias Casas, unas menores (que no ejercen tanta influencia) y otras mayores, como lo son la casa Atreides, la casa Harkonnen, personificación de las intrigas que rodean el Imperio,
y la casa Corrino. Cuando comienza la historia, el emperador es un lord de la casa Corrino, el padishah Shaddam Corrino IV, el cual ha decidido quitar la soberanía que sobre el planeta Dune tienen los Harkonnen para entregársela a los Atreides.

Así las cosas, el Duque Leto Atreides, junto con su esposa, Dama Jessica, y su hijo Paul (además de todo su ejército y vasallaje), se mudan de Caladan (su planeta natal, bastante parecido a la Tierra) al desértico planeta. Los Harkonnen y los Atreides son enemigos mortales desde tiempos inmemoriales, razón por la cual la tensión se respira en la historia desde un primer momento.

Un precedente importante en la saga, y al cual se harán frecuentes referencias a lo largo de la historia, habla de que 10.000 años antes del momento en que comienza el relato, cuando la tecnología llegó a un punto portentoso de sofisticación, las “máquinas pensantes” se volvieron contra el hombre y, tras siglos de dominación, surgió una yihad, una guerra santa, en que las máquinas fueron exterminadas. Es por esto que los robots no existen y la tecnología, aunque supremamente avanzada en comparación con la nuestra, se maneja en otro nivel, lo que ha llevado a que diferentes focos de la humanidad busquen la dominación del poder mental, el cual es potenciado por la melange, la codiciada especia…

Uno de estos grupos es la Bene Gesserit, una especie de secta conformada exclusivamente por mujeres que se dedican a dominar este poder mental y a utilizarlo para manipular en su propio beneficio el devenir de los acontecimientos que rodean a las grandes Casas. Estas “reverendas madres” crean proyectos genéticos a través de generaciones enteras en miras a buscar el humano perfecto. El proyecto se les sale de las manos y el mesías que han buscado y temido por siglos termina siendo no una mujer, tal como esperaban, sino un hombre: nada menos que Paul Atreides, el hijo del duque, un adolescente marcado por el destino, dotado de extrañas habilidades, y que estará abocado a convertirse en una mezcla de dictador, mesías y mártir.




No obstante, esta suerte de sinopsis es solo una pobrísima sombra de lo que es un libro que conforma una mezcla impresionante de ciencia ficción, política, religión, filosofía y ecología, todo ello en medio de una red de intrigas palaciegas, traiciones, aventuras, guerras y alianzas, con un ritmo trepidante que no da respiro. Adicional a esto, la prosa de Herbert es subyugante y destila una sabiduría y un manejo de las letras del que pocos escritores pueden alardear. Sus análisis del ser humano en todos los ámbitos por los que campa la obra son de una profundidad pasmosa y denota cuán culto era este escritor nacido en Tacoma, en el estado de Washington (USA).

Mi primer contacto con el universo Dune debe de haber sido hace más de diez años, por el tiempo en que se emitió la miniserie de televisión que adaptaba los tres primeros libros de la serie. No seguí la miniserie completa, pero sí tengo el difuso recuerdo de haber visto al menos un capítulo. Más tarde, mi segundo contacto fue con la canción del cuarto álbum de la banda británica de heavy metal Iron Maiden: Piece of mind. En dicho álbum de 1984 la última canción, titulada “To tame a land”, hace referencia al mundo creado por Frank Herbert. Aunque poco o nada sabía de la historia, sí reconocí palabras como Dune, Arrakis, Muad’Dib, Fremen, entre otras.

Mucho más tarde fue que comencé a ver algunos de los libros de la serie en una de las bibliotecas que solía frecuentar. Recuerdo que los cogía, los hojeaba, leía las sinopsis sin entender nada, y los volvía a poner en la estantería. No obstante, siempre me intrigaron. Me preguntaba qué tal serían y, al ver tantos títulos, cuál sería el orden de lectura.

Entonces a comienzos de 2010, en el foro de la página www.ka-tet-corp.com, mi amigo Eloy Nogueira, del blog El Consultorio del Doctor, publicó algo respecto a la saga, hablando, si mal no recuerdo, de que había terminado el último de los libros que componen la serie. Aproveché la oportunidad para preguntarle al respecto, contándole que llevaba mucho tiempo queriendo comenzar la saga, pero que no tenía idea del orden. Eloy, que a la postre resultó ser un fan acérrimo de la serie, me obsequió con un resumen detallado que desde ese momento me sirvió de guía en mis posteriores lecturas, y que es, palabras más palabras menos, el que reproduzco a continuación.


Brian Herbert y Kevin J. Anderson

Antes de eso, sin embargo, cabe resaltar otra serie de antecedentes para ubicarnos apropiadamente en el contexto de la obra. Como se dijo en un comienzo, ésta comprende libros escritos por Frank Herbert, por un lado, y por su hijo Brian en coautoría con Kevin J. Anderson, por el otro. Cuando Frank Herbert murió, el 11 de febrero de 1986 a la edad de 65 años, había escrito y publicado un total de seis libros de Dune y comenzado a proyectar lo que sería el desenlace definitivo de su opus magnum, conocido generalmente como “Dune 7”. En pocas palabras, Herbert padre murió prematuramente dejando inconclusa una historia seguida por millones de lectores en todo el mundo.

Durante mucho tiempo su hijo Brian Herbert se preguntó, al igual que las legiones de fans, cómo terminaría la historia. De hecho, muchos escritores de ciencia ficción le escribieron consultándole sobre la posibilidad de escribir más novelas ambientadas en el universo Dune, pero, según sus propias palabras, “no encontré la inspiración necesaria para nuevas historias hasta que comencé a hablar con Kevin”. Brian había estado trabajando durante varios años en el libro Dreamer of Dune, una sentida e íntima biografía de su padre (proceso durante el cual releyó cada una de sus obras), tras lo cual su visión cambió de manera significativa, considerando ya seriamente la idea de escribir una continuación con las pocas notas que había podido encontrar para “Dune 7”. Su decisión coincidió con la llegada de una carta de Kevin J. Anderson, en la cual, como sucediera en anteriores ocasiones con otros autores, le sugería la posibilidad de escribir una novela ambientada en el universo creado por su padre, fuera por su propia cuenta o en coautoría con Brian.

Kevin J. Anderson era un escritor de ciencia ficción que había escrito una veintena de novelas (entre ellas varias de Star Wars y Expedientes X), algunas de las cuales le habían hecho acreedor a los premios Nebula, Bram Stocker y el SFX Reader's Choice, lo que realmente es digno de mención. Durante años había soñado con adentrarse en el universo Dune, y tras ponerse en contacto con Brian surgió una empatía, una conexión especial que convirtió la posibilidad de una continuación en una certeza. Tras hablarlo en profundidad, se dieron cuenta que antes de acometer la redacción de un proyecto tan ambicioso como “Dune 7”, había que fijar prioridades y completar buena parte del trabajo. Como reza la nota introductoria de Cazadores de Dune, “no solo poner la base para la novela, sino volver a introducir a los que ya conocían la saga y a una nueva generación de lectores en el increíble e imaginativo universo de Dune”.

Justamente cuando la decisión de poner manos a la obra estaba tomada, sucedió uno de los sucesos más significativos de la historia de la literatura: Brian Herbert, junto con el fiscal del estado que había quedado a cargo de algunas de las pertenencias de Herbert padre, hallaron dos cajas de seguridad de su propiedad. En su interior encontraron cientos y cientos de folios, llenos de notas, esquemas y epígrafes, además de dos antiguos disquetes con la etiqueta “Esquema Dune 7” y “Notas Dune 7”, respectivamente, y en los que describía con completa exactitud hacia donde quería llevar la historia y la manera en que quería que finalizara.

La verdad es que parece algo salido de un thriller, y de más está decir que ambos escritores acometieron el inicio de su proyecto con renovados bríos.

Fue así como, antes de la publicación del esperado desenlace de la saga original, vieron la luz dos trilogías: Preludio a Dune, ubicada cronológicamente treinta años antes del primer libro, y Leyendas de Dune, que narra los hechos acaecidos 10.000 años antes, donde las máquinas pensantes fueron exterminadas.

En este punto, teniendo ya un panorama más amplio, le echaremos un vistazo al listado de libros que componen la serie, además del lugar que ocupa cada uno en el mapa general, esperando que sirva de guía tanto para los nuevos lectores como para los que recién se han adentrado en la lectura de esta maravillosa obra.

La saga original, escrita por Frank Herbert, está formada por seis libros, a los que generalmente se les da el título global de CRÓNICAS DE DUNE:

  • Dune (1966)
  • Mesías de Dune (1969)
  • Hijos de Dune (1976)
  • Dios Emperador de Dune (1981)
  • Herejes de Dune (1984)
  • Casa Capitular Dune (1985)

Poco más de una década después de su muerte, su hijo Brian Herbert, junto a Kevin J. Anderson, abrieron las puertas a una nueva etapa en la serie con una trilogía que abarca unos treinta años antes de Dune. Va desde la adolescencia de Leto Atreides hasta el nacimiento de Paul, y su título general es PRELUDIO A DUNE:

  • La Casa Atreides (1999)
  • La Casa Harkonnen (2000)
  • La Casa Corrino (2001)

Tras la publicación de esta primera trilogía, vio la luz una trilogía más en la que se narraban los hechos que sirven de base para todo este universo. Está ubicada cronológicamente 10.000 años antes de Dune, y trata sobre la guerra santa contra las Máquinas Pensantes. Su título es LEYENDAS DE DUNE:

  • La Yihad Butleriana (2002)
  • La Cruzada de las Máquinas (2003)
  • La Batalla de Corrin (2004)

Finalmente, tras casi una década de trabajo conjunto y luego de seis libros, Brian y Kevin acometieron la escritura de, quizá, uno de los finales más esperados en la historia de la literatura y seguramente de la ciencia ficción: el desenlace de la saga original, Crónicas de Dune: el legendario Dune 7. El mismo, dada su extensión, fue dividido en dos libros:

  • Cazadores de Dune (2006)
  • Gusanos de Arena de Dune (2007)





Cuando a finales de los noventa los fans de la serie se enteraron de que el hijo de Frank Herbert planeaba continuar con el legado de su padre, hubo muchos comentarios en contra. Gran parte del público prefería dejar la historia como estaba, aunque ésta se hallase inconclusa, temiendo que su hijo pudiese estropearla de alguna manera. Los fans más radicales llegaron a exponerles abiertamente su deseo de que tales libros no fuesen publicados.

No obstante, a la postre todos estos prejuicios resultaron infundados. Tal como cuenta Brian en una entrevista concedida a Dwight Pavlovic del portal Dune Forum, “(…) subsecuentemente, recibimos multitud de cartas de disculpas de esos mismos fans tras la lectura de nuestro primer libro, Dune, La Casa Atreides, expresándonos que habíamos conseguido ganarnos el respeto aún de nuestros más severos críticos. (…) El apoyo de los fans ha sido alentador, y nos ha energizado para continuar la serie. Una y otra vez, los fans están agradeciéndonos por escribir nuevas historias. Las ventas han sido tremendas y las reseñas excelentes…”

En efecto, no solo las ventas de sus libros fueron buenísimas, sino que también la demanda por los libros originales de la saga creció exponencialmente, granjeándose, tal como esperaban, a nuevos fans apasionados por la serie.

Ahora bien, ¿cómo leer esta considerable cantidad de libros?

Tal como me dijo Eloy desde un comienzo, lo ideal es hacerlo por orden de publicación. Obviamente, los primeros seis libros de Crónicas de Dune van en primer lugar, pero habiéndolos leído, realmente es aconsejable leer las trilogías Leyendas y Preludios antes de acometer la lectura de los dos últimos libros de las Crónicas. Es decir, “Dune 7”. ¿Por qué? Bueno, la misma pregunta le hice a Eloy a comienzos de este año tras haber leído los mencionados seis libros. El final de Casa Capitular Dune me había dejado con ganas de seguir cuanto antes con Cazadores de Dune. Pero, según sus propias palabras, en este desenlace ocurren hechos y aparecen personajes relacionados con Leyendas de Dune que si bien pueden leerse sin problemas, no tendrán tanta relevancia para nosotros como la tendría si leemos antes dicha trilogía.

Resultado: decidí hacerle caso. Hace unos días terminé La Yihad Butleriana (primer libro de Leyendas) y, aparte de darme cuenta de que realmente Brian y compañía hicieron un trabajo formidable, también descubrí que mi amigo tenía razón. Eso sí, es probable que la “trilogía de las Casas” (Preludio a Dune) la deje para el final. Mi curiosidad por Dune 7 no aguanta tanto…

Este artículo sobrepasará, para mi sorpresa, las tres mil palabras, y mi combustible comienza agotarse… No sé si me haya hecho entender en estos últimos párrafos, pero no se preocupen, lo mismo me pasó a mí al comienzo. A veces me embrollaba, y debía volver a consultar la guía de Eloy, que conservaba en un archivo de Word, para saber bien cuál era el paso siguiente.

Aun así, a riesgo de “espantar” a los nuevos lectores, no puedo terminar esta entrada sin mencionar que esto no acaba aquí, que todavía hay más libros de Dune, y para rato. Si catorce libros les parece una cifra intimidante, no sé qué sentirán cuando sepan lo que les voy a contar a continuación.

Tras la finalización de esta seguidilla de nuevos ciclos en la historia, los Preludios a Dune y las Leyendas de Dune, además de la culminación de la saga original, tal parece que Brian y Kevin han descubierto que sigue habiendo más historias por contar, algunas de ellas situadas cronológicamente entre las novelas que escribió Frank Herbert. En este punto es donde se abre el debate acerca de si realmente esto no se está convirtiendo en un exprimir de la franquicia, en una “gallina de los huevos de oro”, o si realmente estos trabajos conservan la calidad de sus predecesores. En todo caso, los fans más acérrimos estarán contentos con estas nuevas ramificaciones. Eso sí, para bien o para mal, estas nuevas novelas no están publicadas en castellano, y tal parece que no existen planes próximos para su traducción. No obstante, dejo constancia en esta entrada con el fin de que sea lo más completa posible.

Me tomo la libertad de citar nuevamente a mi amigo Eloy, cuya explicación no podría haber sido más clara:

«Sobre los que no se han traducido, hay dos trilogías. Una, en realidad es una tetralogía, titulada "Heroes of Dune", de la que se han publicado dos: Paul of Dune, que va entre Dune y Mesías de Dune; y Winds of Dune, que va entre Mesías de Dune e Hijos de Dune. No obstante, esta serie no tuvo mucho éxito y de momento está en suspenso.

Luego está la trilogía "Sisterhood of Dune", que arranca 83 años después del final de la guerra contra las máquinas pensantes y va sobre la formación de las grandes instituciones de Dune: la Bene Gesserit, los Mentats, la Cofradía Espacial, etc. El primero se titula precisamente así, Sisterhood of Dune, y este mismo año se publicó el siguiente, Mentats of Dune, que parece que gustó…, pero sin noticias de que los traduzcan.»




Esto ya suma dieciocho libros, pero como siempre digo a quien me pregunta por la saga (de la cual solo puedo hablar con inagotable entusiasmo), basta con leer el primero, el clásico Dune, de 1966. Este libro es de por sí uno de los mejores libros que he leído en mi vida, es hasta cierto punto autoconcluyente, y deja al lector en lo alto de un clímax impresionante. Ya en ese punto quedará en decisión del lector si vale la pena  o no ahondar más en ese universo. En mi caso, fue una lectura que me subyugó, y ahora, cuatro años después, habiendo leído siete libros, sigo con ganas de más…

Los dejo con  mi colección de la saga, a la cual solo le faltan los tres libros de Preludios para estar completa: 



Y para terminar, To tame a land, el épico tema que sobre Dune compuso Iron Maiden, y que cierra su álbum Piece of Mind. Yo, la verdad, cada vez que lo escucho me entran ganas de sumergirme de nuevo en este apasionante universo… 




EDITO: A finales de 2015, un año después de la publicación de este artículo, pude completar finalmente la colección. :)











viernes, 7 de noviembre de 2014

Cuernos, de Joe Hill

“La vida de Ig Perrish es un verdadero infierno desde que su novia Merrin fuera asesinada un año atrás, en un episodio que si bien le fue ajeno tendió sobre él un manto de sospechas que nunca pudo sacudirse. Una mañana, después de una fuerte borrachera, se encuentra con unos cuernos creciendo en su frente. Con el pasar de las horas descubrirá que tienen un extraño efecto en la gente: les hace contarle sus más oscuros deseos y secretos. Así, Ig se entera de que todo el pueblo, incluso sus padres, creen que él fue quien mató a Merrin. Tras el desconcierto de los primeros momentos, Ig aprenderá a sacar ventaja de ser el mismísimo diablo… Joe Hill, príncipe del terror y autor prodigio de la exitosa novela El traje del muerto, vuelve a ponernos los pelos de punta con esta extravagante, original e imaginativa historia, en la que todo es, aparentemente, extraño e inexplicable.”

Tras nada menos que dos años esperando ser leído en mi biblioteca, llegó el turno de leer el tercer trabajo de Joe Hill, el Príncipe del Terror, mote que se ha ganado por ser, como ya todos saben, el hijo del Rey del Terror, Stephen King.

Y es que por mucho que haya tratado de hacerlo pasar desapercibido en un comienzo, Joe siempre tendrá a su padre sobre él como una sombra imperecedera. No obstante, hay que reconocer sin lugar a dudas que Hill se ha abierto camino por su propia cuenta, ganándose a pulso un lugar entre los mejores escritores de terror contemporáneos. Ha trabajado, y duro, y su reconocimiento se lo ha granjeado de la mejor manera, con trabajos de gran calidad, tanto en el campo de la literatura como en el del cómic, donde ha llevado a cabo un excelente trabajo con Locke & Key, junto al ilustrador chileno Gabriel Rodríguez, y La Capa, basado en uno de sus relatos cortos.

Tras una antología que le sirvió de debut (Fantasmas), y que ya fue reseñada en este blog, y una novela (El Traje del Muerto), Cuernos llega como su tercera publicación en el campo de la literatura. ¿Por qué permaneció en mi biblioteca durante dos años? Bueno, cada vez me queda menos tiempo para leer, y además de eso cada libro parece tener su momento. A veces un libro pide a gritos ser leído y te llama desde su lugar en la estantería, otras veces simplemente barajas varias opciones y al final una resalta por encima de las demás. En este caso, una lectura en conjunto en un grupo de literatura del cual soy creador y administrador (Readers United) fue lo que finalmente me impulsó a comenzar con no pocas expectativas. La idea de compartir con otras personas detalles del libro, sensaciones, opiniones y demás, todo ello al calor de la lectura, es una muy buena experiencia.

En lo que concierne a la historia como tal, el comienzo fue fulminante. De verdad me enganchó desde el principio y superó con creces lo que había esperado. Había leído críticas muy dispares sobre el mismo, y si a ello le sumo el hecho de que Fantasmas no me gustó mucho que digamos, se entenderá que comenzara el libro con ciertas reservas. Confieso que sigo teniendo sentimientos encontrados con Joe Hill. El Traje del Muerto lo leí hace varios años. Fue una lectura muy rápida, muy ágil, y si bien me gustó mucho, no me deslumbró. Fantasmas ya fue mucho más irregular. Hay unos relatos rematadamente buenos. Otros me parecieron sin pies ni cabeza, y otros tantos me dejaron la sensación de ser ideas muy buenas pero pésimamente aprovechadas.

Cuernos, como dije, arranca supremamente bien, con esa prosa ágil y contundente a la que nos tiene acostumbrados Joe Hill.

Ignatius Perrish se despierta un día luego de una terrible borrachera con unos cuernos incipientes descollando de su frente. Todo es tan absurdo que apenas lo puede creer. Los recuerdos de la noche anterior son sumamente difusos, por lo que por momentos cree estar aún siendo víctima de un mal sueño.

A medida que avanzan las primeras páginas Ig se da cuenta de que los cuernos ejercen una extraña influencia sobre las personas: de alguna manera, estas se ven impulsadas a contarle los más íntimos secretos de su vida. Por momentos me recordó ciertas cosas de una novela clásica de su padre, La Zona Muerta, aunque los poderes de Johnny Smith son a otro nivel. Los hechos se suceden rápidamente y cada encuentro de Ig con la gente resulta sumamente interesante, más aún cuando se trata de personas que conoce, amigos, familiares, etc., cada uno de los cuales le revela cosas de su intimidad con el más desenfadado desparpajo.

El misterioso asesinato de su novia un año atrás no tarda en convertirse en tema central de la novela, e Ig irá descubriendo que muchas personas en el pueblo lo consideran culpable del crimen, incluso su propia familia. Los cuernos que van creciendo en su frente de manera inexorable, dotándolo de ese extraño poder, serán la clave para que Ig descubra la verdad y logre enfrentarse de una vez por todas a su pasado.

La historia hasta ahí va muy bien, y en general fue una obra que disfruté bastante, pero la verdad es que esa fuerza con que arrancó no permaneció a lo largo de sus más de cuatrocientas páginas. Al comienzo me dio la impresión de que estaba ante una novela llena de acción, pero realmente Cuernos es una novela más intimista, más centrada en los personajes y en su pasado. Esa celeridad del inicio va remitiendo y comienzan flashbacks y reminiscencias que nos llevan a un nivel más profundo en el desarrollo de los personajes.

La novela contiene algunos de los pasajes más emotivos que le he leído a Joe Hill, y la trama está muy bien estructurada y desarrollada. La recta final se me antojó un poco enrevesada, pero hace gala de escenas realmente imponentes, sugerentes a la imaginación. El final me dejó con ganas de saber más, y con la sensación de que me quedó faltando algo. Aunque la prosa de Joe Hill engancha y deslumbra, sigo sintiendo que está en deuda conmigo. Aún me hace falta leer algo de él que me haga exclamar un “Uaaauu” al final, una novela que permanezca en la retina de mi imaginación después de terminar.

Todo parece indicar, por las críticas que he leído, que NOS4A2, su última obra, va a ser esa novela de la que hablo, la que me haga contener el aliento, pero habrá que aguardar a que llegue a nuestro país.

Ahora bien, quisiera mencionar un detalle insustancial que no obstante a mí no me pasó desapercibido. No soy un santurrón ni un mojigato, pero el uso de la palabra “follar” terminó pareciéndome un poco excesivo. Es verdad que su traducción no puede ser otra en nuestro idioma, pero confieso que en castellano es una palabra que me parece fea. Es normal verla en la literatura (en el cine o la televisión brilla por su ausencia en los países latinoamericanos), pero en esta novela llegó a usarse tantas veces que por momentos me daba la impresión de que Joe Hill pretendiera parecer chocante a propósito, como si quisiera producir una reacción en el lector aunque fuese a costa de palabras o acciones desagradables. Fueron tantas las veces en que leí la palabreja de turno que al final logró molestarme. En fin, es solo una apreciación personal, pero creo que si hubiese recibido unas monedas cada vez que la palabra aparecía, tendría suficiente dinero para comprarme el nuevo libro de Stephen King. :P

En conclusión, una buena novela, con escenas memorables y pasajes finamente narrados. Recomendable.


Los dejo con el tráiler de la adaptación cinematográfica: 





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