"Esta colección de relatos recorre toda
la gama posible del terror. Cada uno de ellos es una obra maestra que espanta y
fascina por el talento desplegado para exponer lo macabro, para insinuar el
desastre con elementos tan simples como una sombra, un ruido, el sonido de unos
pasos. Una de las cosas más sobrecogedoras es que la acción transcurre en
escenarios tan desprovistos de misterio como una escuela, una fábrica, una
lavandería. Pero en cada una de ellas sopla siempre un viento diabólico, el mal
se encarna en extrañas formas, los objetos inanimados adquieren vida propia al
servicio de oscuras fuerzas. Cuando empieza la noche, las tinieblas se hacen
cómplices de fuerzas desconocidas, y el ser humano tiene menos resistencia para
luchar contra lo desconocido.
El umbral de
la noche nos transporta a un mundo de
terrores imposibles pero que están ahí: a la vuelta de la esquina, en un
maizal, en un pueblo abandonado, debajo de la cama o tras la puerta de ese armario
que ni siquiera rechina…"
Nunca he
sido de leer varios libros a la vez. Solo en el último par de años, por
comodidad o por querer degustar otras cosas entre lectura y lectura, he comenzado
a alternar un par de libros de cuando en cuando. Fue el caso de El umbral de la noche, una antología que
ya había leído hace siete años. Sus relatos son tan buenos, y están tan grabados
en el imaginario colectivo de los seguidores del Maestro del Terror, que a
veces quiere uno sacar nuevamente el ejemplar de la biblioteca y releer (o
revivir) algunos pasajes.
Lo que pasa
es que en una de esas ocasiones el libro te agarra del cuello y te obliga a
leerlo completo. Es lo que sucede cuando un libro es tan bueno como este lo es.
De modo que desde hace unos meses fui intercalando la lectura de sus relatos
con otras novelas hasta terminarlo a comienzos de mes.
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Primera edición |
El umbral de la noche (Night Shift), de 1978,
es la primera antología publicada por Stephen King. Aunque muchos prefieren Pesadillas y alucinaciones, creo que la
mayoría considera a El umbral de la noche
como la mejor colección de relatos. Varios de ellos (como Los chicos del maíz y Camiones) son ya clásicos del género, y
hasta han tenido su propia adaptación cinematográfica.
Antes de
pasar a exponer un breve resumen de cada relato, quisiera traer a colación una
anécdota de la primera vez que leí el libro que, creo, refleja cuánto valoro
esta obra del escritor de Maine.
Desde que
leí una novela suya por vez primera (El
misterio de Salem’s Lot) quedé enganchado con sus libros. De inmediato fui
leyendo todo lo que se cruzaba a mi paso, sobre todo lo que encontraba en las
bibliotecas, porque en ese entonces si acaso me daba para comprar un libro muy
de vez en cuando. A medida que leía y consultaba la extensión de su obra, El umbral de la noche se presentó como
un libro imprescindible. Los relatos que contenía, de los cuales ya había oído hablar
un poco, así lo acreditaban.
Pero sobre
todo uno de ellos me llamaba especialmente la atención. En “El lector de… Stephen King”, de Teodoro Gómez, se describe el
primer relato de la antología (Los
misterios del gusano) como un excelente relato que no solo estaba inspirado
por la obra de Lovecraft, sino que además servía de antesala a una de sus novelas
más populares: El misterio de Salem’s
Lot. Ambos datos me llamaron mucho la atención: por una parte, me fascina
Lovecraft, y por otro lado, esa era justamente la primera novela que había
leído de King, y me había encantado.
Por tanto,
ahora no solo quería leer esa antología, sino que me moría por conocer el
relato en cuestión.
Pues bien,
tras mucho buscar, di con él en el catálogo virtual de una biblioteca bastante
apartada de la ciudad. Pasó algún tiempo hasta que por fin me decidí a ir hasta
allí, a casi una hora de viaje, para dar con el libro. A medida que me
acercaba, la ansiedad iba en aumento. Aunque lo había reservado con antelación,
una parte de mí pensaba que me iban a dar una mala noticia cuando llegara. No
obstante, mis temores fueron infundados: el libro estuvo en mis manos ni bien
llegué a la biblioteca.
Era un
ejemplar viejo, cuya portada había sido reemplazada por una pasta dura casera
con la que suelen encuadernar los libros en las bibliotecas para que se
conserven mejor. Ni bien pude lo abrí…
Y vaya
sorpresa me llevé: parecía algo de no creer, algo demasiado irónico para ser
cierto, pero alguien en algún momento había “cercenado” (por utilizar un
término que describa semejante atropello) todo el primer relato de la
antología, es decir, Los misterios del
gusano. Justamente el relato que yo ansiaba leer con todas las ganas.
Parecía obra de un cirujano, porque única y exclusivamente las páginas
pertenecientes al relato, de la 29 a la 70, habían sido cortadas como con un
bisturí. ¡Si hasta la introducción y el prefacio salieron indemnes!
Casi lo tomé
como algo personal mientras maldecía para mis adentros, aunque como dato
curioso para la posteridad quedó el hecho de que, eliminando el relato
faltante, quedaba un total de 19 relatos… :P Solo para entendidos… ;)
De todas
formas, no podía hacer nada. Me fui a casa y devoré la antología, por supuesto,
pero mientras lo hacía sentía la ausencia de ese relato como la de un diente
caído en batalla por cuya encía no dejas de pasar la lengua. Era una deuda
pendiente que solo más tarde hube de saldar buscando el relato en PDF, cosa que
para mí no entraña la misma sensación al momento de leer…
Años después
conseguí el libro, y fue justamente ese ejemplar el que terminé de releer hace
poco, reafirmándome en mi opinión de que se trata de la colección de relatos
más exquisita en toda la obra del Maestro del Terror.
El libro
comienza con una introducción de cuatro páginas a cargo de John D. Mac Donald,
seguida de un prefacio del propio King, con una extensión de catorce páginas,
en el que nos habla sobre su percepción del género del terror y por qué le
gusta tanto a la gente que los asusten. Realmente son unas páginas que se
disfrutan casi tanto como alguno de sus relatos, al final de las cuales Stephen
King nos invita a ver algo que nos quiere mostrar. La mayoría se remonta a su época
en la universidad, si bien han sido corregidos e incluso reescritos:
Los
misterios del gusano: “La
historia transcurre en Salem’s Lot a mediados de siglo pasado. Libros prohibidos,
seres extraños… Un relato muy cercano a Lovecraft”. Efectivamente, una
historia puramente lovecraftiana, escrita en estilo epistolar. Sumamente
interesante y aterrador. Mejor aún si leíste la novela a la que sirve de
preludio. Para siempre uno de mis favoritos.
El
último turno: “Una historia de
ratas ambientada en los sótanos de una fábrica textil. Dio lugar a una película
que se estrenó en 1990 con el título de «Graveyard shift»”. Otro de mis
preferidos. Horror en su estado puro. En mi opinión, uno de los mejores relatos
clásicos de King. El final, realmente espeluznante.
Marejada
nocturna: “Un precedente de Apocalipsis.
Sus protagonistas son un grupo de
sobrevivientes de una epidemia de gripe que ha asolado la Tierra”. Haciendo
aparte la relación con ese clásico de King, tal vez sea uno de los relatos más
flojos de la antología.
Soy
la puerta: “Un astronauta que
vuelve de Venus lleva en su cuerpo un extraño organismo que pondrá en peligro
la vida del planeta”. Otro relato más o menos olvidable. Aun así, resulta inquietante
y la prosa lo hace entretenido y fácil de leer.
La
trituradora: “La máquina
Hadley-Watson de la lavandería Blue Ribbon, conocida como «la trituradora», es
poseída por un demonio que mata de manera indiscriminada. Dio lugar a una
adaptación (The mangler, 1999)”. Otro de los relatos insignia de esta
colección. A pesar de tratarse de un escenario tan vulgar como una lavandería (o
quizá precisamente debido a ello), el relato es genial, muy bien desarrollado,
con buena dosis de suspenso y un final contundente. Muy bueno. El dato de color
es el hecho de que la misma lavandería aparece en Carrie y Carretera maldita, dos
novelas del Maestro.
El
coco: “Un hombre acude al
psiquiatra horrorizado porque, aparentemente, el hombre del saco de las
historias para asustar a los niños ha devorado a sus tres hijos. El cuento se
convirtió en uno de los episodios de «Pesadillas Nocturnas» (1995)”. Un
relato sencillo, corto, pero bastante ameno y con un final muy efectivo.
Materia
gris: “Richie Grenadine se bebe
una cerveza sin saber que provocará en él una extraña mutación. Meses después,
no puede salir de su casa. ¿Qué le sucede?” Excelente relato. Perturbador y
lleno de misterio hasta la reveladora escena final.
Campo
de batalla: “Calvin Bates contrata
a un asesino para que mate al propietario de una fábrica de juguetes. Poco
tiempo después, recibe un paquete de su viuda un tanto extraño”. Un relato
entretenido y original como ninguno. Realmente genial su desarrollo a pesar de
su brevedad. Muy bueno.
Camiones:
“Un grupo de conductores es
acorralado en una gasolinera por un grupo de camiones vengativos. Dio lugar a
una película muy aburrida, «Maximum Overdrive», rodada en 1986 y dirigida por
Stephen King, y a otra versión también olvidable, titulada «Trucks», en 1997”. No
he visto ninguna de las adaptaciones (aunque tengo la genial banda sonora de «Maximum
Overdrive», a cargo de AC/DC: “Who made who”), pero el relato me gustó bastante.
Solo a King podría ocurrírsele algo así, y además llevarlo a buen término.
A
veces vuelven: “Un profesor
vuelve al lugar donde estudió y donde tres muchachos mataron a su hermano, para
descubrir que no son seres humanos. Se adaptó al cine en 1991”. Otro de los
relatos formidables de esta antología. Una historia de fantasmas vengativos con
un final espectacular. Excelente. Como anécdota, una vez estaba esperando que
fuera la hora para salir, ya ni recuerdo a dónde, cuando de pronto, mientras
pasaba canales en la televisión, vi que estaba a punto de comenzar dicha
adaptación. Lamentablemente, no podía quedarme a verla, y desde ese día nunca
más tuve la oportunidad. No la he visto ni en cable ni en internet… :(
La
primavera de fresa: “Durante ese
fenómeno meteorológico de nombre tan dulce, que tiene lugar cada ocho o diez
años en invierno, varias estudiantes mueren brutalmente asesinadas”. Un
relato corto pero interesante, con un sorpresivo final.
La
cornisa: “Un hombre es obligado
por el marido de su amante a dar una vuelta por la cornisa que rodea el
edificio o morir en el lecho donde lo ha sorprendido. Es uno de los relatos que
componen la película «Los ojos del gato»”. Otro de mis favoritos en esta
antología. Mucho suspenso y tensión, y un gran final. La idea de darle la
vuelta al edificio de esa manera es francamente perturbadora.
El
hombre de la cortadora de césped: “Dio
lugar a una película que no tiene nada que ver con esta historia (The lawnmower
man, 1992). Harold Parkette hace tiempo que ha vendido la cortadora de césped.
Un día descubre una marmota en el jardín y decide hacer algo. Contrata a un
operador de la Casa Pastoral de Servicios de Jardinería y Exteriores, aunque lo
que menos se puede esperar es que envíen a un jardinero loco con una cortadora
que engulle todo lo que encuentra a su paso”. Un relato, en mi opinión,
algo olvidable. No obstante, ha dado no solo para una adaptación
cinematográfica, sino también una adaptación al cómic.
Basta
S.A.: “Un relato en el que una
empresa ofrece un método que permite dejar el tabaco pero que implica a toda la
familia. También formó parte de «Los ojos del gato», con James Wood como
fumador condenado a dejarlo”. Otro de los grandes relatos que componen la
colección. Excelente historia, inquietante y atrapante. Buenísimo.
Sé lo
que necesitas: “Edward es el
novio perfecto, demasiado perfecto tal vez. Sabe en todo momento lo que
necesita Elizabeth, lo cual no es bueno. Uno de los protagonistas tiene un
ejemplar del Necronomicón, algo que
siempre es digno de comentar”. Excelente relato. Muy ameno y lleno de
misterio. La presencia del libro escrito por el árabe loco, efectivamente, es
algo que llama la atención.
Los
chicos del maíz: “Dio lugar a una
célebre película y a una serie de secuelas. Gatlin es un pueblo en el que no
hay adultos y los chicos forman una secta que riega los campos de maíz de los
alrededores con la sangre de quienes tienen más de diecinueve años”. Otro de
los relatos insignia de esta antología. Todo un clásico del género. Aunque es
un relato absorbente y perturbador, no deja de sorprender que solo treinta páginas
hayan dado pie a toda una franquicia de películas.
El
último peldaño de la escalera: “Kity
cae desde lo alto del granero porque se rompe el último peldaño de la escalera.
Su hermano Larry le salva la vida, pero a cambio le pedirá algo”. Confieso
que no tenía un gran recuerdo de este relato de la primera vez que lo leí, por
lo que me ha sorprendido bastante en esta relectura. Realmente es una historia
rica y sensible, con un final que no lo deja a uno indiferente. Excelente
relato.
El
hombre que amaba las flores: “Es
la historia de un muchacho que pasea con un ramo de flores, pero ¿está en
realidad enamorado?” A pesar de su vuelta de tuerca, es uno de los pocos relatos
flojos de la colección, no obstante lo cual ha dado para multitud de adaptaciones
en formato cortometraje.
Un
trago de despedida: “Un curioso
relato de vampiros, dos años después de los hechos narrados en Salem’s Lot”. En
efecto, si Los misterios del gusano, el
primer relato de la antología, puede considerarse una antesala de la novela de
1975, Un trago de despedida podría
catalogarse como un epílogo. Corto, pero contundente. Excelente relato de la “saga
Salem’s Lot”, de la que no podemos olvidar a La Torre Oscura V: Lobos del Calla como justo colofón.
La
mujer de la habitación: “Adaptada
para la película «Pesadillas nocturnas», narra las peripecias de un muchacho
que decide ayudar a su madre que está muriendo de cáncer en la cama de un
hospital”. Un relato muy íntimo y sensible. Un corto drama que cierra de la
mejor manera esta colección de relatos.
En suma, una
antología impresionante, donde en cada relato se percibe el talento de este
mítico escritor para tocarnos en nuestras fibras más sensibles, llevando el
horror a los lugares más insospechados. Cada historia transcurre bajo la sombra
de algo maligno que solo espera el momento oportuno para campar a su antojo. De
lo mejor de Stephen King, sin duda.
Como dato final,
inmediatamente terminé de releer el libro, en mi edición del sello DeBolsillo,
cambié mi ejemplar (sumándole otro libro para cerrar el negocio) por este, nada
menos que la primera edición en castellano en tapa dura con sobrecubierta. :)
Aunque no
suelo desprenderme de mis libros, por aparentemente “poco valiosos” que sean
como edición, esta ocasión lo ameritaba. :)
PD: Las pequeñas sinopsis de cada relato fueron extraídas del libro El lector de... Stephen King, de Teodoro Gómez, con muy pocas variaciones.