“El legado de Frank Herbert, el
fascinante y ya mítico universo que creó en Dune, sigue vivo en esta apasionante segunda entrega de la trilogía «Leyendas
de Dune».
Han pasado veinticuatro años desde
los sucesos relatados en Dune: La Yihad Butleriana. La revuelta de los humanos contra las máquinas pensantes tras el
asesinato del hijo de Serena Butler se ha convertido en un conflicto
sangriento, que se ha cobrado innumerables vidas humanas. Vorian Atreides y
Xavier Harkonnen comandan las fuerzas de la Yihad en una guerra interminable
donde no hay vencedores ni vencidos. Los temibles cimek, liderados por el titán
Agamenón, planean recuperar el poder que perdieron. Norma Cenva y Aurelius
Venport están a punto de realizar un descubrimiento que cambiará radicalmente
los viajes espaciales. Y en Arrakis, el remoto planeta de las dunas, Selim
Montagusanos y sus partidarios dan los primeros pasos para convertirse en los
fieros guerreros que cambiarán el curso de la historia: los fremen.”
A diferencia de otras ocasiones a lo largo de la lectura de esta saga
(ocho libros con este que reseño ahora, de un total global de catorce), esta
vez pasó muy poco tiempo entre la lectura de un libro y el siguiente. Apenas un
mes transcurrió desde que terminara el primero de la trilogía “Leyendas de
Dune”, cuyo final dejó el clímax en lo más alto dejándome con ganas de saber
más. De ahí que muy pronto iniciara La
Cruzada de las máquinas.
Este segundo volumen fue una lectura muy interesante, donde el hecho de
tardar varios meses no tuvo nada que ver con la historia en sí. Un largo y
absurdo bloqueo como no había experimentado en mucho tiempo provocó que
terminara la novela en octubre de 2015, diez meses después de comenzarla. :/
Sin embargo, insisto, fue una lectura muy amena y apasionante, donde recién
llegando a la mitad aceleré el ritmo y terminé en unas pocas semanas.
Y es que la novela tiene un total de 800 páginas, y al ser una edición de
Plaza & Janés en tapa dura debe pesar al menos dos kilos. Lo que de alguna
manera influyó un poco. En todo caso, ha sido una digna continuación de La Yihad Butleriana, reafirmando que
Kevin Anderson y Brian Herbert están a la altura de la saga creada por el padre
de este último. Su ritmo ágil, la calidad de la prosa y los capítulos cortos,
hacen de la lectura un viaje impresionante.
Como dijera en la reseña del primer libro, no es fácil poner en contexto
al lector novato sobre el marco en que se desarrolla esta trilogía y el papel que
juega en toda la serie, por lo que recomiendo una vez más visitar antes la
entrada especial dedicada a la obra de Frank Herbert: Dune: Historia, análisis y cronología.
Dicho esto, prosigamos con esta segunda entrega de “Leyendas de Dune”.
La llama de la rebelión está encendida. Comandada por una Serena Butler
con más convicción que nunca tras la trágica muerte de su pequeño hijo, ahora
convertido en el mártir de legiones de partidarios de la Yihad, la Liga de
Nobles empieza poco a poco, batalla tras batalla, a inclinar la balanza del otro
lado. Secundada por los comandantes Xavier Harkonnen y Vorian Atreides, antes
enemigos y ahora aliados dispuestos a morir por su heroína, Serena se ha
convertido en la líder visible de una cruzada sin precedentes contra el dominio
de las máquinas pensantes.
Han pasado veinticuatro años desde los hechos narrados al final del
primer libro de la trilogía, y la lucha cruenta se extiende por gran parte de
la galaxia. Varios golpes contundentes contra los cimeks, en los que los
rebeldes han logrado arrebatarles el dominio de planetas oprimidos por siglos
bajo su yugo, han enardecido el entusiasmo de millones de personas que ven en
Serena Butler la líder decidida que los llevará a la anhelada victoria.
Iblis Ginjo, antes capataz de los humanos en la Tierra, testigo de los
hechos que encendieron la rebelión, es ahora el Gran Patriarca de la Yihad,
encargado de engrandecer la imagen de Serena ante las multitudes y brindar
discursos que causen efervescencia en el corazón de los pueblos. Sin embargo,
también guarda sus propios intereses y valiéndose de la Yipol, la policía de la
Yihad Butleriana, se abre paso en los escalones del poder.
Los Titanes, antiguos hombres hoy convertidos en poderosas máquinas con
cerebro humano, siguen librando una doble batalla: por una parte el de las
máquinas contra la humanidad, buscando extender su hegemonía milenaria, y de
otro lado la guerra secreta contra su propio líder, la supermente, la red de
inteligencia artificial autodenominada Omnius. Mientras confabulan la forma de
liberarse del dominio de la supermente, los Titanes se preparan para
contraatacar a la Liga de Nobles. Al mismo tiempo, en su recorrido transportan
copias de actualización de Omnius a los diferentes sistemas que hacen parte de
los planetas sincronizados.
Vorian Atreides ha logrado interceptar una de estas copias, y se
encuentra trabajando en secreto en una versión alterada, preparándose para
esparcir un virus tecnológico que logre diezmar a la supermente.
En otro rincón del universo, Aurelius Venport logra recuperar su alianza
con Norma Cenva, la brillante genio que ha aportado la nueva tecnología para la
guerra contra las máquinas, y juntos comienzan los estudios y experimentos que
cambiarán para siempre la historia de los viajes espaciales. Para esto están financiados
por la fortuna conseguida gracias a la nueva comercialización de la melange, la valiosa especia recién
descubierta en el lejano planeta Arrakis. El mismo que más tarde será conocido
como Dune.
En el imponente desierto de Arrakis, que se extiende por todo el planeta,
Selim Montagusanos libra su propia batalla contra los traficantes de especia,
destruyendo cargamentos enteros que representan una fortuna para VenKee
Enterprises. Selim, primer hombre en cabalgar los inmensos gusanos de arena
productores de la preciada melange, es ahora seguido por cientos de
simpatizantes de su causa. Un Arrakis destruido por la explotación de la
especia se le ha presentado al Montagusanos en sus visiones, y hará lo que esté
a su alcance para impedir que así sea. Admirado y temido a partes iguales,
Selim se ha convertido en el caudillo de su propia cruzada en defensa del gran
gusano Shai Hulud.
“Al frente de un grupo de cinco
ballestas en órbita sobre el planeta surcado de cañones, el primero Vorian
Atreides estudió las fuerzas enemigas alineadas contra él; lisas y plateadas,
como un pez predador. Involuntariamente, su diseño eficaz y funcional les daba
la elegancia de afilados cuchillos.
Los monstruos de combate de Omnius
superaban en número a las naves humanas en una proporción de diez a uno, pero
las naves de combate de la Yihad estaban equipadas con capas superpuestas de
escudos Holtzman, así que no podían hacerles daño y, en consecuencia, tampoco
podrían avanzar hacia la superficie de Anbus IV.
Aunque no tenían el armamento
necesario para derrotar al contingente robótico, ni tan siquiera para
repelerlo, los yihadíes seguían luchando. Era un pulso; hombres y máquinas cara
a cara en la órbita del planeta.”
Brian Herbert & Kevin J. Andereson |
Así comienza esta segunda entrega, justo en medio de la acción, así como
su predecesor. El gran universo de Dune se sigue construyendo en un marco
impresionante de la mano de Herbert hijo y Kevin Anderson, que sin duda han
escrito una trilogía que quedará entre las mejores de la ciencia ficción. Ahora
cada vez son más claros los primeros indicios de los orígenes de la hermandad
Bene Gesserit, los doctores Suk, la Orden de los Mentat, la Cofradía Espacial y, por supuesto, los legendarios guerreros Fremen.
El final deja la historia en un punto muy alto, con todo servido para la gran
conclusión que será La Batalla de Corrin,
el tercer volumen.
A la fecha de publicación de esta entrada, casi un año después de
terminar La Cruzada de las máquinas, siento
que se acerca el momento de vivir esa gran batalla, que promete ser apoteósica.
…Y así podré continuar con Dune 7, por cierto…
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