Cuando hace
seis meses, el 6 de julio de 2012, leía las líneas finales de 22/11/63, una de las últimas novelas y
seguramente una de las obras cumbre de Stephen King, recuerdo haber pensado que
acababa de terminar uno de los mejores libros que había leído en mi vida, y que
si bien La Cúpula (novela
inmediatamente anterior) había dejado una cota de calidad altísima, 22/11/63 iba más allá, y me atrevo a
pronosticar que pasarán años para que el Maestro del Terror se supere a sí mismo
luego de esta obra maestra.
Al día
siguiente, 7 de julio, tras horas de intenso pero gratificante trabajo, volcaba
en una reseña de 3.000 palabras (que pueden leer en el siguiente enlace: “22/11/63, de Stephen King”) todas las
sensaciones que me había producido el libro, la huella que había dejado, e
incluso el vacío que sentía ahora que había finalizado. Tenía muchas cosas que
decir, y espero no haberme dejado ninguna… ;)
Una de las
cosas que escribí fue que al terminar, luego de viajar por la Norteamérica de
finales de los 50’s y principios de los 60’s, con sus coches de lujo y su rock
and roll, después de vivir como propia esa trepidante aventura, la realidad
lucía opaca y poco interesante, y que casi quería volver al comienzo y vivirla
de nuevo…
Pues bien,
dicho deseo mal disimulado resultó haciéndose realidad en muchísimo menos
tiempo del que esperaba…
Hace dos
días terminé de viajar al pasado… de nuevo… :)
Solo que
esta vez tuve compañía. :D
Aunque si
bien es cierto que veía una relectura del libro en un futuro no muy lejano (así
de bueno es, palabra de Calavera ;) ), no pensé que me encontraría leyéndolo de
nuevo apenas cuatro meses y medio después.
La
explicación es sencilla: hace poco menos de dos meses le regalé un ejemplar a
mi novia con motivo de una fecha especial. :) Ella se puso feliz, y mucho, pero
creo que, en cierta forma, me puse más feliz yo al ver cómo comenzaba a
leérselo con un entusiasmo que solo iba en ascenso y a un ritmo que, la verdad,
no me esperaba. No pasaron muchos días para que me contagiara ese entusiasmo,
me hiciera recordar los gratos momentos pasados con la historia, y terminara
embarcándome yo mismo, otra vez, en ese fascinante viaje al pasado… :D Aunque,
todo hay que decirlo, una gran parte de mí lo que quería era estar ahí con
ella, recorriendo nuevamente el camino, viajando a su lado… :)
No me
sorprendió descubrirme tan enganchado y entusiasmado como la primera vez,
aunque sí me sorprende en este momento, al mirar hacia atrás, darme cuenta de
que esta segunda vez el libro se sucedió como una exhalación, si cabe, más
rápida que la anterior. Volver a visitar Lisbon Falls, Derry, Dallas, Jodie,
fue fascinante y lleno de momentos grandiosos. Pero por encima de todo, más
gratificante fue leerlo con la persona que amo, que tantas cosas buenas ha
representado para mí en los últimos meses, y que tantos sueños representa para
el futuro…
Eso sí, he
de confesar que a duras penas pude irle a la zaga (así de rápido iba), y que
solo aprovechando al máximo los ratos libres pude conseguir alcanzarla, luego
de leer cien o más páginas de un tirón (aunque luego me cogiera ventaja otra
vez). :P
Aún así, por
cosas del Ka, del Destino, las cosas se dieron para que nos encontráramos
leyendo juntos el “primer final” de la historia, justo las últimas páginas de la
quinta parte de la novela. Luego, en los últimos días, mientras finalizaba un
año e iniciaba otro, comenzamos a avanzar más a la par, y el pasado martes 2 de
enero coincidimos de nuevo para finalizar las últimas treinta páginas del
libro…
Fue, debo
decirlo, un momento tan mágico como inesperado… :)
Decidimos
comunicarnos por MSN, presentando reporte, por decirlo así, de la página en que
iba cada uno, y en un momento dado encendimos la cámara, y desde lejos, pero a
la vez muy muy cerca, compartimos ese momento especial, esas líneas cargadas de
emoción, ese final increíble y emotivo que a la postre logró robarnos unas
cuantas lágrimas…
Fue, en
muchos sentidos, una noche inolvidable… :’)
Pero, en
balance, fue mucho más aún…
Hubo muchas
cosas en el libro que resultaron espejos de nuestros sentimientos, de algunas
de nuestras vivencias e ilusiones personales, e ir descubriéndolas, poco a
poco, hizo del libro un nexo especial entre nosotros dos, un vínculo inesperado
que nos regaló temas para hablar, reír, pensar y soñar…
Si antes
este libro se había ganado un espacio importante en mi experiencia de vida,
ahora se ha encumbrado en lo más alto, pues ahora no solo será la historia de
Sadie y George, sino también la de nosotros dos…
De cómo
comenzó todo…
De cómo nos
enamoramos…
De cómo
soñamos…
…Y de cómo
bailamos… ;)
Te amo,
cariño… :)
1 comentario:
Acabaste y volviste a comenzar casi que inmediatamente, al mejor estilo Annie Wilkes XD
Lo bueno era que tenías una grata compañía, y no a Stevie secuestrado en el cuarto de huespedes.
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