viernes, 10 de febrero de 2017

Seis Tumbas en Múnich, de Mario Puzo

“Durante la Segunda Guerra Mundial, gracias a su prodigiosa memoria y a su talento para descifrar textos codificados, Mike Rogan ingresa en la Sección de Inteligencia del Ejército americano, poco después de casarse con Christine. A raíz del desembarco de las tropas americanas en Francia, Rogan es enviado a Europa en misión de escucha de mensajes. Pero por un error cae, junto a Christine, en manos de la Gestapo, para acabar en el Palacio de Justicia de Múnich, donde serán sometidos a una violencia extrema. Con tal de ahorrarle sufrimiento a su mujer, Rogan revela las claves de los códigos americanos. Aún así, sus siete verdugos, tras anunciarle la muerte de Christine, le disparan un tiro en la cabeza. Sin embargo, horas después es encontrado vivo. Tras numerosas operaciones, Rogan le cuenta a Bailey, agente del FBI, la historia de su ejecución y sus planes de venganza; encontrar y acabar con los autores de su desgracia. Diez años después, en 1955, Rogan dará comienzo su caza…”

Mario Gianluigi Puzo nació en Manhattan, Nueva York, el 15 de octubre de 1920, en el seno de una familia de inmigrantes italianos. Realizó estudios de Ciencias Sociales en la Universidad de Columbia. Sus dos primeras novelas tuvieron una gran acogida de público y crítica: La arena sucia y La Mamma. Sin embargo, su consagración definitiva llegó con la publicación de El padrino, novela por la que se ganó el apodo del “literato de la mafia”.

Hoy en día la historia de los Corleone, gracias a la trilogía cinematográfica, es casi un patrimonio histórico del séptimo arte. Las dos primeras entregas, basadas ambas en su novela y dirigidas por Francis Ford Coppola, le valieron nada menos que sendos premios Óscar a mejor guionista. Ambos filmes, además, ganaron en su momento el premio a mejor película. La tercera entrega, escrita directamente para la pantalla, le valió también una nominación, aunque al final no obtuvo el galardón.

Mario Puzo falleció en su casa de Long Island el 2 julio de 1999 a causa de un infarto agudo de miocardio, poco después de finalizar la escritura de Omerta, y dejando como legado novelas como Los tontos mueren, El siciliano, La cuarta K y El último Don.

La novela Seis tumbas en Múnich ocupa un lugar menor en su obra. Fue publicada bajo el seudónimo de Mario Cleri, y permaneció inédita en castellano durante mucho tiempo. Fue escrita inmediatamente antes de El padrino, y si entramos en comparaciones la verdad es que la novela protagonizada por la familia Corleone, que leí por allá en 2010, opaca por mucho a la historia reseñada en esta entrada.

No obstante, Seis tumbas en Múnich tampoco pretende demasiado.  Es una novela corta, de apenas 174 páginas, narrada de manera muy ágil y con la habitual calidad de Mario Puzo. En esta historia el autor no se anda con rodeos en ningún tramo de la historia, yendo al grano desde la primera página y llevándonos sin respiro tras los pasos de Mike Rogan, un antiguo integrante de la Sección de Inteligencia del Ejército Norteamericano que durante la Segunda Guerra Mundial prestó su prodigiosa memoria y su talento para descifrar textos codificados al servicio de los Aliados. Rogan fue capturado y torturado por los alemanes, y ahora busca vengarse de las siete personas que asesinaron a su novia Christine en el Palacio de Justicia de Múnich en 1945.


Mario Puzo


Cual lista negra, Rogan va tachando con sangre a sus antiguos captores, uno a uno y sin piedad alguna. Corre al año 1955 y Michael considera que ha esperado lo suficiente. Lo conocemos por primera vez en Hamburgo, en un club nocturno donde ajusticia a su segunda víctima: Karl Pfann. «Llevo dos y me faltan cinco», piensa Rogan con crudeza. Allí mismo conoce a Rosalie, una prostituta de la que se encariña y que será su compañera a lo largo de la novela.

Más adelante tenemos un flashback en el que se nos cuenta cómo comenzó todo, de qué manera Michael Rogan se vio inmerso en la sangrienta acción de la Segunda Guerra Mundial gracias a su inteligencia. Es allí donde entendemos en profundidad la razón de su venganza.

Mario Puzo con el premio Óscar
Y acto seguido, de vuelta a 1955 y a la acción. Rogan sigue tachando nombres de su lista… pero entonces aparece Bailey, un agente del Servicio de Inteligencia estadounidense que sigue de cerca los pasos de nuestro protagonista y que no tiene problema con que Michael siga con su cacería… siempre y cuando haga las cosas a su manera…

La novela se lee en un santiamén. La tenía en lista de espera hacía bastante tiempo, y ahora me pregunto por qué la hice esperar tanto. La verdad es que resulta bastante entretenida, la lectura perfecta para pasar el rato entre otras lecturas más densas o extensas. Me gustó mucho, y aunque tenga un estilo más ligero que el de El padrino, fue grato volver a leer algo de Mario Puzo después de tanto tiempo.

Como nota de color, la edición es muy bonita, en tapa dura impresa y con una portada al mejor estilo de las revistas pulp que tuvieron su auge en las décadas de los 20’ y 30’.


Muy recomendable. :)


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